Teniendo en casa a un historiador en ciernes (mi hijo universitario), hemos tocado el tema de que en este momento estamos viviendo un capítulo de la historia de la humanidad, y lo hacemos en primera fila.
La de 2020 podrá ser definida, imagino, como la generación del cubrebocas. Porque me queda claro que a partir de ya ese material protector que debemos portar a causa del covid-19 ya no se separará de nosotros.
No he tenido oportunidad de viajar a Oriente, pero por lo que puedo ver en medios de comunicación, y lo que me comentan quienes sí conocen países como Japón y China, la práctica de usar cubrebocas en espacios públicos es cosa de todos los días, sobre todo en Tokio, donde la densidad de población es muy alta.
Pero ahora el cubrebocas se hará de uso común en todo el mundo, pues los pronósticos de los expertos arrojan que la presencia del covid-19 se mantendrá fuerte por lo menos este año, y parte de 2021 al menos. Y eso sin contar con mutaciones del covid-19, algo que se asume ocurrirá en años venideros.
Y como se trata de usar un tono alarmista (para eso están las redes sociales), vale decir que el cubrebocas es efectivo para reducir el contagio de virus, y por lo mismo apuesto a que se convertirá en una prenda de uso cotidiano en todo el mundo.
Hoy muchas de las mascarillas son desechables, pero la economía no permitirá a la mayoría de las personas su uso habitual. Por eso habrá un nuevo giro en el renglón de los cubrebocas, y se comenzarán a fabricar de diferentes materiales, colores y estilos. Habrá los sencillos, pero no tardarán en venderse cubrebocas de marca, y las empresas de la moda los adecuarán con colores, patrones y, por qué no, hasta con bisutería. Tener cubrebocas diferentes que hagan juego con el ajuar será lo cotidiano.
Tal no lleguemos aún a vivir en ciudades como Los Ángeles de Blade Runner, o en escenarios como película de Heavy Metal, donde personas exóticos deambulan por oscuras y lluviosas calles con máscaras completas. Estoy seguro de que esas tardarán en aparecer. Pero lo que puedo apostar doble contra sencillo, es que el cubrebocas llegó para quedarse.
twitter: @baezamanuel