Ayer fui a una tienda de conveniencia por un café y descubrí que en el refrigerador del lugar habría, a lo mucho, unas 20 cervezas artesanales... y no más. Me sorprendí, porque en lo personal consumo poco de ese producto, tal vez una o dos cervezas por semana, pero conozco personas que toman mínimo una botella al día, y varias en fin de semana.
Apenas ayer, entonces, caí en cuenta que hay escasez de cerveza en Jalisco y, al parecer, en todo México. Por supuesto que no es novedad. Lo había escuchado y leído en redes sociales en días recientes, pero de veras no había captado la magnitud de la falta de la famosa agua de cebada.
Curioso como soy, me metí a un sitio llamado cervecerosdemexico.com, y allí encontré que en México se consumen 6.1 litros de cerveza al mes por persona, “sin contar diciembre, mes en el que consumimos cerca de 7.9 litros”.
Las cifras de ese sitio indican que Monterrey es la ciudad del país que más cerveza consume (16 por ciento del total nacional), lo que representa un promedio de 72 litros por persona, que equivale a 203 botellas de 355 mililitros. La página coloca a Guadalajara, Cancún y Ciudad de México por atrás de Monterrey. Dicen allí que en la capital de Nuevo León se consumen 10 cajas de cerveza por persona, y en las otras ciudades mencionadas, nueve en cada una. Allí sí que nos ganaron los regios, aunque yo hubiera apostado por Mazatlán, o Culiacán.
Se ha mencionado que en los próximos días se reanudará la producción nacional de cervezas. Espero que sea así, porque queda claro que es una empresa fundamental para México y para los mexicanos. Para México porque representa un producto de gran venta a escala nacional, y para los mexicanos porque gustan de consumirla con singular alegría. Y si no hay producción, agricultores de cebada, fabricantes, distribuidores y tenderos pierden dinero. Y si no hay producción más de uno de mis conocidos andará de malas.
Curiosa manera de darnos cuenta de la importancia de un producto nacional. Por eso ayer bromeaba en Twitter: cuando salga humo blanco de las empresas cerveceras, habrá igual o más algarabía que cuando sale humo blanco en El Vaticano.
Twitter: @baezamanuel