Le costó trabajo porque usó vericuetos para ello, pero al final lo logró. Donald Trump puso en mal a México durante su discurso de anoche en cadena nacional, en el cual se mantuvo firme a su exigencia de construir un muro en la frontera entre ambos países.
Sólo una vez el gobernante mencionó a México (al hablar de que el muro se pagará con lo ahorrados en el acuerdo comercial), pero sus palabras fueron dardos contra nosotros. Trump fue claro al hablar de una “crisis humanitaria” en una frontera por la que, dijo, pasan criminales, drogas y se trafica con seres humanos.
Esa crisis, insistió el presidente de Estados Unidos, es una crisis del corazón y del alma, y para solucionarla no queda más remedio que construir ya no un muro de concreto, sino uno de acero para separar a ambas naciones.
Trump lo tiene claro desde hace tiempo. Por la frontera pasan hombres que se dedican a cometer crímenes en Estados Unidos, y eso debe evitarse ya. Incluso dijo que hay políticos contrarios a su gobierno que tienen bardas alrededor de sus casas, y las tienen no porque odien a los vecinos, sino porque aman a los suyos y quieren protegerlos.
Para el presidente de Estados Unidos no tener su muro es una muestra de debilidad ante las amenazas externas, y por ello recitó una serie de crímenes cometidos por inmigrantes ilegales en su país.
En resumidas cuentas, Donald Trump mantuvo su discurso antiinmigrantes, y lo hizo en el llamado tiempo estelar de la televisión. No nos quiere a los mexicanos, y tampoco nos querrá en el futuro. Por eso es importante ver ahora cuál es la reacción del gobierno federal sobre el tema.
Es cierto que el tema del muro fronterizo está fuertemente ligado a la política interior estadunidense, pero México sigue siendo el saco de golpear del mandatario del vecino país. Usa eufemismos, pero nos atiza cada vez que puede.
Del lado mexicano se debe fijar una postura firme y respetuosa sobre los señalamientos en nuestra contra. La doctrina que sigue el gobierno de AMLO es de respeto a los otros países, pero se debe responder con autoridad y dignidad. Los mexicanos no merecemos malos tratos.
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