La 4T del paradigma militar

  • A puerta cerrada
  • Marcela Gómez Zalce

México /

El campo de batalla, mi estimado, es la escena de un caos constante. El próximo 19 de febrero que se conmemora el Día del Ejército es necesario analizar el rol que esta institución sólida y profesional está jugando en el tablero político del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El sorpresivo giro de la percepción presidencial hacia nuestras fuerzas armadas es motivo de cautela en algunos círculos verde olivo. Nada sorprendente si durante años desde esa oposición se sembró la semilla de recelo y desconfianza al trabajo de nuestros militares en el campo de la seguridad pública, abandonada por los civiles que ahora nuevamente se apoyan en los pilares castrenses para combatir la organizada delincuencia. López Obrador resbala haciendo una apuesta audaz para impulsar, ante todo y sobre todo, a los militares en diversas tareas que son del ámbito civil.

Y llama la atención que el Presidente, conocedor de la historia de México, pase por alto la influencia del Ejército mexicano en la construcción de nuestro sistema político y su configuración respondiendo a los acontecimientos de la época. Muchos de los cargos de relevancia en el poder fueron ocupados por militares y con ello se estrechó la relación entre el gobierno, el Ejército y el partido en el poder, y con la Revolución como escenario confluyeron intereses militares y civiles marcando una huella imposible de ignorar. Es con el presidente Miguel Alemán donde se ubica el establecimiento de un acuerdo cívico-militar; la no intervención de un ámbito sobre otro y reglas no escritas. Un acuerdo de respeto y no agresión. Los civiles respetan los asuntos castrenses y los militares respetan el mundo civil. Una delgada línea que quiere desdibujarse en el tablero de Palacio Nacional.

El anuncio de que el Aeropuerto de Santa Lucía será administrado por la Sedena y los militares serán agentes inmobiliarios del Campo 1-F, en caso de que el proyecto sea aprobado, ha puesto a más de uno muy atento. El argumento presidencial gira alrededor de incrementarles presupuesto y prerrogativas cuyo resultado los dotará de una mayor autonomía institucional de pronóstico reservado.

Y súmele a este escenario la Guardia Nacional.


@GomezZalce





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