La mayoría de los intérpretes de la modernidad han considerado que la política moderna es ideológica y consensual. Sin embargo, la política no siempre es una lucha por el consenso ideológico, sino que involucra una lucha por la hegemonía. Las relaciones e instituciones de poder y política en los últimos meses han cambiado su correlación de fuerzas de forma atropellada y sus consecuencias son ya visibles en varias esferas del quehacer público. Desde la perspectiva de la FGR la política y la justicia funcionarían tratando de persuadir a las personas de que el mundo es de cierta forma y que las leyes necesitan ser hechas de una determinada manera.
En las reformas trazadas en los borradores que ahora son huérfanos, la Fiscalía General de la República pretendía dar un albazo, o manotazo, sobre el paquete de iniciativas y reformas al sistema de justicia que fueron pactadas y redactadas conjuntamente en la Conserjería Jurídica de Presidencia. Lo filtrado no fueron las reformas apoyadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, sino el garrote jurídico de Alejandro Gertz Manero.
El incidente ha dejado un pésimo sabor de boca en varias dependencias federales, y en la reunión hace unos días del Ejecutivo con los senadores en Palacio Nacional trascendió que estas reformas no son prioritarias hasta que se modifiquen las aberraciones jurídicas e inconstitucionales entre las que destacan ampliar el arraigo a todos los delitos, ampliar el régimen de excepción, validar pruebas ilícitas, eliminar figuras centrales en los juicios orales y la creación de un Código Penal Nacional desencadenando un airoso debate entre especialistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos que ven un grave retroceso para el de por sí endeble sistema de justicia.
El escenario de la filtración de los borradores —que en Palacio Nacional acreditan a la oficina del senador Ricardo Monreal— antes de ser presentados formalmente, esboza varias aristas pero una indiscutible; el fiscal Gertz Manero, metido en su burbuja autónoma, incumplió importantes acuerdos, además de exhibir la absoluta descoordinación en uno de los pilares fundamentales para esta cuarta transformación.
¡Preocupante!
@GomezZalce