La ruta García Luna, Obama y Trump

  • A puerta cerrada
  • Marcela Gómez Zalce

México /

En 2009 la llegada de Barack Obama a la presidencia estadunidense trajo consigo amplias expectativas de cambio de la política exterior hacia México. Después de una relación de claroscuros entre George W. Bush con los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, el arribo de un demócrata a la Casa Blanca implicaba, para analistas de ambos países, un giro positivo en la relación bilteral, ya que desde su campaña Obama prometió un cambio radical en la política exterior de su país en lo general.

Su propósito fue transitar de una política unilateral basada en el uso de la fuerza para conservar la hegemonía estadunidense, a una de carácter multilateral que buscara, en primera instancia, la negociación y la cooperación internacional. En este contexto no pocos asumieron que ese giro en la política exterior repercutiría de manera benéfica para México. Sin embargo, la administración de Obama mostró signos de continuidad, pocas modificaciones y centró los temas de alto impacto para Washington; migración, seguridad y narcotráfico.

Por lo tanto, como diría el clásico, para Estados Unidos la mejor política exterior con México ha sido la interior, como país vecino es importante en términos de la política interna puesto que los principales temas en la agenda se abordan desde una perspectiva unilateral y no como un asunto de política exterior. Hoy continúa el patrón conflicto-cooperación con México en el contexto electoral de un juicio político y las tensiones del presidente Trump con los demócratas avanzan hacia una guerra sucia. Y Washington ha decidido que uno de los ejes de la campaña reeleccionista será la corrupción y complicidades durante los dos periodos, de 2009 a 2017, del ex presidente Barack Obama en asuntos de narcotráfico y crimen organizado.

En este escenario el timing de la captura de Genaro García Luna no parece ser coincidencia. El ex secretario tiene cúmulos de información de las presuntas colusiones de personajes y funcionarios, no solo mexicanos, sino del gobierno estadunidense, de sus agencias con el cártel de Sinaloa y de paso ventilar el desaseo del controvertido programa “Rápido y furioso”.

Este entorno repercutirá de manera transversal en ambos países. 


@GomezZalce


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