El liderazgo es indispensable para el buen funcionamiento de todo sistema político. El líder es guía conductor y juega un rol social importante. Históricamente el liderazgo ha tenido múltiples formas de manifestarse y es un atributo indispensable de la política y quienes han ejercido un liderazgo vertical, en la mayoría de los casos, suelen ser muy carismáticos y con tintes populistas.
La autoridad que practica el presidente Andrés Manuel López Obrador obedece a su trayectoria de vida, al entorno político nacional, a su proyecto de nación y una agenda definidos hace más de dos décadas, donde se han sumado seguidores que han compartido sus acciones políticas y su propuesta de cambio hoy enarbolados por la necesaria e impostergable transformación. El país está ávido de una importante disminución en la brecha de la desigualdad económica y por ende social, que pasa por las corruptelas e impunidad; sin embargo, la ruta a un año sigue apareciendo atropellada, desordenada y caótica.
Los diversos sectores del sistema que han visto amenazados sus intereses ven con recelo y temor al líder populista que ha alterado aquel orden de las componendas y de las cosas existentes que los benefició, y enriqueció, por mucho tiempo.
La visión pragmática y política ha caracterizado al Presidente de México, siendo su carisma factor constitutivo para un movimiento que, convertido en partido, se volvió una coalición dominante cohesionada por él y su visión de proyecto. A lo largo de 12 accidentados meses de gobierno Morena y sus liderazgos exhibieron mezquindad, ambición y fracaso en enarbolar los valores de la 4T. Las pugnas por la presidencia de Morena minaron credibilidad y derrumbaron aquello de “no somos iguales”. Ante la situación de crisis en Palacio Nacional se decidió monopolizar el control sobre las zonas conflictivas del proceso interno y poner orden en el desorden, donde todo apunta a que ninguno de los conocidos suspirantes alcanzará la anhelada silla morena.
Las negociaciones a puerta cerrada avanzan para la llegada de Horacio Duarte como presidente nacional de Morena en una ruta que transita paralelamente en la esfera electoral de pactos, compromisos y, sin duda, rupturas.
@GomezZalce