La justicia en México ha sido aplicada e impartida con equidad por jueces, magistrados y ministros a pesar de las descalificaciones que el presidente López Obrador ha desatado con fiereza y en ocasiones sin sustento.
De lograr que sus legisladores "obedientes" aprueben en septiembre próximo la reforma judicial, la sociedad lamentará en el corto y mediano plazos la osadía de modificar un sistema que, quiérase o no, ha sido útil en la aplicación estricta del estado de derecho.
Y si se decide que sea el "pueblo sabio" el que levante el dedo para que jueces surjan de las entrañas del pópulo, las consecuencias en el mediano plazo serán irreversibles.
Si en los tiempos que enfrentamos los juzgadores no son suficientes para que la justicia sea pronta y expedita, la crisis de toda índole en los cuerpos colegiados será un caos terrorífico.
Por ello en los últimos tres meses del gobierno de López Obrador tendrá que vigilarse con lupa tanto a diputados como senadores para que no vaya a darse el conocido y clásico albazo para que la ley entre en vigencia en los primeros días de septiembre y se aplaste de un dedazo a un sistema judicial que, chueco o derecho, ha sido primordial para la aplicación de la justicia en México.
Hoy como ayer no puede negarse que diversos jueces en distintas materias han sido corruptos y tramposos, sin importarles siquiera el rumbo que toman juicios y que, en ocasiones, las sentencias mal aplicadas han sido causales de quebranto patrimonial o despojos de actores de la vida cotidiana de nuestra nación en su conjunto.
Habrán de analizarse a profundidad el rumbo que tome la propuesta presidencial encargada a los legisladores federales, los que muchos por su falta de dignidad y otros por incapacidad cultural, causarán a México un grave daño que hasta ellos mismos lamentarán. La moneda está en el aire.
En tanto habremos de presenciar los embates que se darán en los sectores de la sociedad entre amlovers y los que están en contra de que nuestro país caiga aún más al abismo de la mediocridad y la pésima aplicación de la ley. Al tiempo...