A solo tres días de dejar la jefatura del Poder Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador impondrá su última voluntad: dejar fuera de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum a España, por mero capricho y resentimiento personal.
Así el tabasqueño cumplió a cabalidad su mandato al frente del Gobierno de México, en el que tanto seguidores y adversarios imaginan que la Nación alcanzó en este sexenio lo que antes ni priistas ni panistas cumplieron, una estabilidad económica como nunca antes había
La administración obradorista se caracterizó por su clientelismo electoral, por esa forma tan peculiar de hacer política al puro estilo priista y el que conoció desde sus entrañas hasta lo más sofisticado: seleccionar al futuro candidato a la Presidencia de México.
Tan lo aprendió como reloj, que toda esa parafernalia la trasladó en la fundación de Morena. Ahí estaban adorno de calles y auditorios, el acarreo y el robo de urnas, sin dejar en la orfandad las invasiones y refriegas con los que se opusieron a todos por igual, para convencer y situarse en el reino terrenal. Todo. Todo. Aunque lo niegue, se lo debe al PRI.
Empero, ya sentado en Palacio Nacional, con el erario a su disposición, López Obrador se dedicó a hacer política demagógica que conocía como la palma de su mano y en las que ejecutaría obras suntuarias y suntuosas que le funcionaron a la perfección, para que el “pueblo sabio” cayera rendido a sus pies como ocurrió a lo largo de su sexenio.
Ejemplos sobran: el Tren Maya, Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, Refinería Dos Bocas, Tren Transístmico, Aeropuerto Internacional de Tulum, Mexicana de Aviación, con inversión superior a los 2 billones de pesos, que sumados en los 5 años de administración federal representan la deuda pública más cuantiosa que hereda un gobierno presidencial a la ciudadanía.
López Obrador se va este lunes 30 del presente a las 12 de la noche de Palacio Nacional. Le hereda a Claudia Sheinbaum una serie de conflictos internos y externos, una nación resentida y dividida por el odio que fomentó día tras día desde su púlpito de la mañanera.
A partir del 1 de octubre comenzarán las reacciones a favor y en contra del todavía presidente. El será quien responda por sus actos. ¿Que la historia lo juzgará? ¡Bah!