La extinción del plan de pensiones en México para los futuros jubilados tendrá que ser resuelto con insistentes programas emergentes de ahorro, ya que de no hacerse de esa forma habrá mayores afectaciones para los que lleguen a la vejez o a la cesantía.
Alejandro Aranda, consultor financiero mexicano egresado de la Universidad de Illinois, precisó que en nuestro país se le da escasa importancia a un rubro preponderante para la subsistencia de la clase trabajadora y productiva de nuestro país.
Por supuesto que el ahorro será fundamental para que puedan solventar el sostenimiento de una familia, sino también la resolución de la problemática que se presenta de manera constante en el desarrollo y manutención de esta.
De ahí que no habrá de darse una mayor prórroga a la ejecución de medidas de resolución a mediano plazo, porque cada vez son más los empleados y asalariados que llegan al tiempo del retiro por cumplir más de 30 años de servicio, como establece la Ley Federal del Trabajo.
Aranda expuso que, luego de la reforma a la ley del IMSS en 1997, comenzó a delinearse el “futuro dramático y desesperanzador” de la clase trabajadora que tuvo que adoptar medidas urgentes tras las reformas a la Ley del IMSS, so pena de quedar al margen del rubro de seguridad y solvencia financiera.
Por ello, los planes de ahorro obligado de las diversas cláusulas que ha implementado el Instituto Mexicano del Seguro Social serán simples paliativos para la crisis económica que se avecina, ya que ninguna solventará los problemas financieros que enfrentará más de la mitad de la población, argumentó Aranda.
De ahí que los planes de ahorro a mediano plazo que llevarán a cabo los trabajadores significarán el equilibrio económico y el retiro digno de millones de mexicanos en las futuras décadas, con lo cual el futuro y pensión que obtengan por su ahorro será más sustancial.
El consultor puntualizó que solo el plan de ahorro para el retiro será la fórmula para que la clase trabajadora, los jóvenes y los maduros de ahora, obtengan para el futuro inmediato la estabilidad moral y financiera que coadyuve para que prevengan el futuro económico, político y social que les acecha y deberán enfrentar en los próximos años.
Notas de Trascendencia
El pasado miércoles dejó de existir un mexicano de excepción, don Félix Díaz González, gloria de la Charrería Mexicana, integrante de lujo de la Asociación de Charros Manuel Ávila Camacho de Naucalpan, que obtuvo de manera consecutiva 4 campeonatos nacionales, agrupación que por esos logros hizo historia.
Fue un lazador y manganeador de gran calidad, lo que le dio reconocimiento en España y Francia hasta donde llegó su fama y prestigio. Por su calidad fue reconocido por propios y extraños como uno de los mejores exponentes del singular deporte. Que en paz descanse.
El Maestro Raúl Cremoux, otro privilegiado, este de las letras, periodista, escritor, maestro de decenas de generaciones de comunicadores, falleció también en Ciudad de México el miércoles pasado.
De todas las facetas que tuvo Cremoux como personaje público cada quien tendrá su apreciación, y hubo muchos momentos de su historia y libros que escribió.
Sin embargo, lo que más se le reconoce de su vida brillante es que fue un luchador, un guerrero que quiso cambiar a México para bien, siempre con una opinión de cómo mejorar las cosas y fue lo que más inculcó a todos por igual.