Sin duda el fraude de Segalmex es más escandaloso que la llamada Estafa Maestra de la administración de Enrique Peña Nieto, en la que funcionarios de su gobierno crearon empresas y cuentas fantasmas para robarse más de 6 mil millones de pesos.
Empero, se trata del llamado gobierno de la cuarta transformación, en la que no pasa nada porque la política trazada por el presidente López Obrador desde que iniciara su administración el 1 de diciembre de 2018, ha sido la de culpar a todos los ex funcionarios de los regímenes que le antecedieron.
Vale parafrasear al propio Jefe del Ejecutivo federal en torno a las graves cargos que pesan sobre Genaro García Luna de parte de la justicia estadounidense, con respecto de que no era posible que Felipe Calderón no conociera a fondo la actuación deshonesta del otrora secretario de Seguridad Pública, cuando era presidente de la República.
Entonces no es creíble que López Obrador no conociera los manejos de quien fue su primer jefe en el gobierno federal, Ignacio Ovalle Fernández, de cómo actuaba en la sustituida Diconsa por Segalmex.
Para no variar, ayer desde el púlpito mañanero, el tabasqueño se lanzó con todos sus dichos y defendió de todos los demonios “priistas corruptos” -según su dicho- al ex secretario particular de Luis Echeverría, de quien arguyó, “es un buen hombre”
Solo le faltó decir que Ovalle es impoluto, “el funcionario más honorable de mi gobierno” al que incluso trasladó de Segalmex a la Secretaría de Gobernación por si a alguien le quedaba duda del manto protector que ejerce sobre el hoy octogenario funcionario federal.
Algo le sabrá el también ex embajador de México en Argentina, porque para que responda el presidente de manera personal por el citado funcionario, algún pasaje medio escabroso debe haber protagonizado AMLO cuando Ovalle era particular del también mandatario populista, Luis Echeverría Álvarez.
Así se las gasta el propio López Obrador cuando alguno de sus hombres cercanos son embarrados como Ovalle Fernandez, Julio Scherer, Santiago Nieto, Alejandro Gertz Mañero y otros más.
Ahí sí el mismo mandatario aplica la máxima de la austeridad republicana de Benito Juárez en la que se lee y entiende como una conducta que todos los poderes y órganos autónomos deben acatar para “lograr combatir la desigualdad social. Asimismo, la corrupción y el despilfarro de bienes a través de una administración eficiente, así como transparentar los recursos públicos”.
Entonces, con la actitud de Ovalle Fernández pasada por alto y premiada con otro cargo en su gobierno, ¿a quién se refiere López Obrador? Sí, muy cierto amable lector, estamos a todo lo que da la Cuarta Transformación.
La culpa de todo la tienen los oligarcas, la mafia del poder, los conservadores, bla, bla, bla. Y esto es tooodos los días. Ya falta menos.
Notas de Trascendencia
Lamentable el fallecimiento ayer del niño, apenas jovencito, Bruno Figueroa Colín, hijo de un entrañable amigo, Manuel Figueroa Pastor.
Un personaje que luchó a brazo partido por la subsistencia de su vástago, quien a pesar de los cuidados extremos que tuvo, ayer perdió la batalla.
Vaya para Figueroa Pastor y su familia todo mi cariño y bendiciones, para que pronto encuentre el camino de la resignación.
Marco Antonio García Granados