Veamos el nuevo gobierno desde lo económico…
El discurso no solo del candidato triunfante, sino de sus otros contendientes, se centró en el combate a la corrupción, no en lo económico. Es decir, se han centrado en el efecto, no en la causa de un modelo económico fracasado e injusto.
Lo paradójico es que todo parece indicar que los protagonistas de la corrupción y el actual modelo económico impuesto a lo largo de 30 años son los que votaron por el “cambio verdadero”.
El Pacto del Azteca es real, y funciona fundamentalmente en el terreno económico y públicamente contra la corrupción. Es en la continuidad del modelo económico de “los finqueros”, como lo llamarían el Concejo General Indígena, pero cambiando al “capataz”, donde se centra la naturaleza y perversidad del nuevo pacto de poder, que en esencia tiene como objetivo darle continuidad al modelo actual, pero ahora con el apoyo popular que le brinda el lopezobradorismo.
Bajo esta premisa, son muchos los análisis económicos que concluyen sobre el estancamiento y pérdida de oportunidades de México para crecer y desarrollarse en estos 30 años, derivado de un modelo que antepone la voracidad oligárquica sobre los intereses nacionales.
En el reparto de culpas y simulaciones, lo cierto es que tanto con el estatismo y regresión, como con el neoliberalismo proteccionista, México se ha estancado.
¿Que es lo que viene? ¿Son las medidas que se anuncian las que van a dar un crecimiento económico sostenido que genere menos pobreza, más bienestar y una política social sostenible? ¿O vamos a vivir otros seis años de esterilidad económica, alejados de medidas económicas justas y las mismas complicidades?
Temas como la disyuntiva del crecimiento real de la economía, los empleos, la calidad de éstos, el valor del trabajo (salarios), inversión en conocimiento e innovación, niveles de ingreso por persona y consumo, parecen deliberadamente no estar en el centro de las preocupaciones de los poderes de facto que hoy suscribieron el Pacto del Azteca.
Por la personalidad del virtual presidente electo, su principal objetivo, en adelante, seguramente será su reelección. Sus medidas de política social sin sostén económico y la “revocación de mandato” así lo anuncian. Nos esperan seis años de campaña electoral desde la Presidencia.
En el nuevo esquema del poder, las fuerzas militares y de seguridad, los bloques financieros y mediáticos, son parte del Pacto del Azteca y lo que está en marcha es hacia la autonomía de sus intereses y controlar el nuevo poder político, para sujetarlo y obligarlo a obedecer, usando la mayoría absoluta en el Congreso que el lopezobradorismo le brinda.
La fábrica de la continuidad explica la perversión, cuando los Duarte (de Chihuahua y Veracruz), el priismo en Chiapas, Nayarit, Baja California, Sonora y el bajío votó por el “cambio verdadero” para que la impunidad y el modelo siguieran igual, pero ahora invirtiendo en chatarra (refinerías) y sometidos aún más a los intereses estadunidenses.
Por lo pronto, dejemos la pregunta en el aire: ¿ estancamiento o crecimiento?
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@MarcoRascon