La Revolución Mexicana en espera…

  • Columna de Marcos Antonio Santoyo Bernal
  • Marcos Antonio Santoyo Bernal

Ciudad de México /

La aristocracia que predominaba en el porfiriato, provocó que grupos sociales antagónicos a éstos se levantaran en armas para terminar con esta clase social, la brecha tan grande que existía en ese tiempo entre un grupo de personas y otro provocó que surgiera el movimiento social armado llamado Revolución Mexicana. El objetivo de ésta, era eliminar la injusticia social, que se terminara con los cacicazgos, los latifundios, la explotación del hombre por el hombre y muchas cosas más.

Los ideales que se pregonaban en ese tiempo eran muy relevantes para llevar a cabo una verdadera transformación social que exigía la población mexicana, todos estaban debidamente argumentados y aceptados por la mayoría de la sociedad. Pero sólo quedaron en eso, en lo que debería de ser y hasta la fecha no se ha cumplido, es responsabilidad de la actual y futuras generaciones presionar para lograr los objetivos que se plantearon hace más de cien años.

La revolución mexicana está vigente, porque a 103 años de inicio de ésta los mexicanos siguen esperando su consolidación, es decir, que se cumplan los postulados e ideales que proclamaron los principales personajes que participaron en ella. A más de un siglo, la injusticia social persiste en nuestro país, la separación social y económica cada vez más prolongada de esta sociedad nos indica que nos falta mucho por hacer, a esto se le llama desigualdad social.

Todo lo que pretendían quienes participaron de manera directa y que fueron artífices de este movimiento armado, ha quedado en letras plasmadas en libros de historia, en donde nos narran lo que cada uno proponía. Cada uno de estos idealistas llevó a cabo sus propuestas de nación que según ellos beneficiaría a los mexicanos, posturas por demás válidas para el tiempo en que se mencionaron, aquí sólo algunas de ellas:

José Doroteo Arango Aránbula, mejor conocido como Francisco Villa, Pancho Villa o el Centauro del Norte mencionaba que era necesario acabar con los latifundistas, ya que eran éstos los que mantenían explotada y marginada a la mayoría de la población. Otro motivo para participar en este movimiento armado fue el derrocar la dictadura que mantenía Porfirio Díaz sobre los mexicanos, a los cuales Villa siempre defendió, porque él fue parte de esa gente humillada, explotada y minimizada por la aristocracia de ese tiempo, es decir, él era parte de esa injusticia social a la cual había que erradicar, también se preocupó por contar con una sociedad más educada, por eso impulsó en lo que pudo la construcción de escuelas, esos eran entre otros, los grandes ideales de Villa.

Emiliano Zapata Salazar, conocido como El Caudillo del Sur o por el lema que lo distingue hasta la fecha “Tierra y Libertad”. Este luchó por el respeto a la tierra y por la justicia para quienes la trabajan, la influencia de éste logro que este derecho quedara consagrado en nuestra Constitución Política Federal en su artículo 27, ahí esta parte de la propuesta de Zapata, pero sólo basta ver nuestro campo mexicano, para darnos cuenta de que lo que menciona dicho artículo no se cumple a cabalidad, teniendo una emigración a los Estados Unidos de Norteamérica del campesinado por no contar con los apoyos suficientes para explotar la agricultura y ganadería de esta nación

Francisco Ignacio Madero González defendía las ideas democráticas y la justicia social, además de proponer la no reelección, el lema que lo hizo famoso fue “sufragio efectivo no reelección”. Gobernó a nuestro país aproximadamente quince meses, durante los cuales Zapata y Villa no estuvieron de acuerdo con su actuar, consideraban que éste no estaba cumpliendo con los ideales que había propuesto antes y durante el movimiento armado y lo derrocaron.

Como se observa, los ideales revolucionarios que plantearon los que encabezaron el movimiento social no se han cumplido, los mexicanos continúan en espera de una transformación política y social que lleve al desarrollo a este país. O como diría mi abuela, es justo que todos aspiremos a ser más, pero también que todos nos hagamos valer por nuestros hechos, “la igualdad no existe, ni puede existir”. Es mentira que todos podamos ser iguales; hay que darle a cada quien el lugar que le corresponde, “nadie hace bien lo que no sabe”; por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte. ¿No lo creen?

P.D. En realidad esta frase fue mencionada por Francisco Villa.

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