Salario mínimo de risa

  • Columna de Marcos Antonio Santoyo Bernal
  • Marcos Antonio Santoyo Bernal

Ciudad de México /

El Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) integrado por 11 representantes de trabajadores, 11 de los patrones y uno gubernamental, resolvió aprobar el aumento del Monto Independiente de Recuperación (MIR) a 5 pesos diarios, así como el anticipo de un incremento salarial para 2018 de 3.9 por ciento, quedando de 80.04 pesos diarios a 88.36 pesos, el cual entró en vigor en diciembre.

Este incremento fue propuesto por los representantes de los trabajadores y avalado por el sector patronal y el gobierno federal, los cuales consideran que este salario mínimo debe de alcanzar a las familias mexicanas para contar con una “vida digna”, como lo establece la misión de la Conasami: “Establecer las bases y elementos para que la fijación de los salarios mínimos generales y profesionales eleven el nivel de vida de las y los trabajadores que lo perciben y de sus familias, de manera que los factores de la producción validen el derecho del trabajador(a) a una vida digna”.

Las personas que deciden cuánto debe de ganar un trabajador en nuestro país están totalmente desfasados en la percepción que tienen del gasto diario que tiene una familia en México, ¿qué pueden adquirir con 88.36 pesos una familia? Muy poco, con esta cantidad no pueden vivir. ¿Qué parámetros utilizan estos personajes para determinar el salario mínimo? Considero que solo ocurrencias, porque si en verdad llevaran a cabo una investigación de la clase trabajadora el resultado sería otro. O cómo justifican el salario los integrantes de la Conasami, por ejemplo, su presidente percibe 173,620.36 pesos al mes, el coordinador general 118,688.41 pesos y un director de área y de unidad 50,372.37 pesos, como ven, estos son los que supuestamente trabajan en el lugar en donde se decide cuánto debe de ganar la mayoría de los mexicanos, solo en México sucede esto.

Como se observa, los mismísimos “representantes” de los trabajadores se prestan a estos acuerdos cupulares para mantener sometidos y controlados a los trabajadores, es decir, a las personas que realmente trabajan y sacan adelante a este país, aun con esos salarios míseros y ofensivos. Este es el contexto laboral mexicano, los acuerdos cupulares que en nada benefician a la clase trabajadora, así se ha vivido en nuestro México contemporáneo, grupos de poder que mantienen controlada la economía.

Los pocos trabajadores que han tratado de organizarse para defender sus derechos, han sido sometidos y corridos, o sea, no han tenido eco ante los trabajadores sus reclamos laborales, porque el simple trabajador teme que también le quiten su trabajo y prefieren continuar recibiendo estos salarios denigrantes, así es como los que ostentan el poder han mantenido controlada a la clase trabajadora.

¿Qué se puede hacer? Creo que muy poco, no existe margen de maniobra para los trabajadores, o trabajan ganando poco, o son desempleados, así está la situación en nuestro país. ¿En dónde está la justicia social que pregonan la mayoría de los políticos y gobernantes? Le atinó, está solo en el discurso, y más ahora que se avecina el proceso electoral, toda la clase política hablando de justicia social, de hacer más por lo que menos tienen y muchas más promesas que seguramente serán incumplidas como siempre. O como diría mi abuela, este es el sexenio del empleo, mal pagados, pero aun así lo presumen como un gran logro, ¿no creen?

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