La mujer al poder político... pero no por decreto

  • Educación y Sociedad
  • María Doris Hernández Ochoa

Tamaulipas /

Sin ser feminista es propio de la vida democrática que la mujer ocupe cargos no sólo laborales, sino también políticos.

Las tradicionales objeciones contra ella en el terreno electoral, se resumen en aquéllas fácilmente rebatibles, como por ejemplo: que carecen de recursos materiales, por el pasado en el que no figuraban, que no poseen suficiente capacidad, que su condición las califica como incompatibles por su rol de madre y ama de casa y porque carecen de reconocimientos en el quehacer político.

Otro argumento también rebatible, es que la mujer sucumbe fácilmente a la violencia política y que emocionalmente es inestable.

Sin embargo, ella ha evidenciado que, en general, ha ofrecido resultados positivos ante los retos de involucrarse en la vida democrática, lo que estimula su formación en liderazgo que abata la desigualdad y la discriminación.

Fue un acierto del legislador no el otorgar, sino el reconocer la promoción de la igualdad de género para llegar a ocupar cargos por esa razón, tanto en el Poder Legislativo como en el nivel municipal. Por otro lado, algunos gobernantes se ufanan en declarar que la mitad o casi la mitad de su equipo de trabajo está formado por mujeres.

La que ha venido a afectar la vida democrática de México es el hecho de que el gobernante imponga al Poder Legislativo el acuerdo para que haya sucesión de hombre a mujer para ser candidato a ocupar cargos de elección popular, por evidente interés sucesorio que podría ser una práctica del malévolo nepotismo.

Es fuerte la intención de que un futuro gobierno "quede en familia" o se dé una especie de prolongación del poder que se dejará por calendario electoral, es decir, pretender seguir gobernando tras el biombo.

En este caso, estaríamos ante un posible ascenso al poder de una mujer, por decreto.

Al aprobarse tal acuerdo legislativo que carece de seriedad e independencia, se está coartando la libertad de que una candidatura se debe dar por elección del partido a que se pertenezca, y a los varones de otros que tengan ese interés en la candidatura, quedar fuera también "por decreto". Especialmente si esto sucede en vísperas del cambio de poderes.

Está muy bien que la mujer participe como candidata a una elección política, pero para ello tendrá que recorrer un largo camino de formación y experiencia, y no acogerse a la sombra del poder que ejerza un varón.

Curiosamente , la ley anti nepotismo entrará en vigor... después de las próximas elecciones locales.

La historia nuestra dice que el maximato es cosa del pasado... pero no hay que estar seguros.


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