Recordé el debate llevado a cabo en el marco de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente de Estocolmo y cuyo objeto iba en consonancia a lo planteado por la UNESCO, de que cada persona adquiera los saberes, las actitudes y los valores indispensables para edificar un futuro certero.
Este martes la ceremonia de inauguración del taller "EFTP VERDE: Hacia una Educación y Formación Técnica y Profesional Sustentable", convocada por el CONALEP Estado de México y a la que se dieron cita representantes de UNESCO – UNEVOC, el Instituto Federal de Educación y Formación Vocacional de Alemania, la Dirección General de la Agenda 2030 de la Presidencia de la República y representantes de Brasil, Chile y Guatemala.
Me pareció relevante y atinado el esfuerzo hecho para avanzar hacia la transformación de la enseñanza y formación técnica y profesional, pero en especial al objetivo de producir una fuerza laboral que se adapte a las necesidades cambiantes del mercado y facilitar la transición hacia economías verdes y sociedades sustentables.
Entre 1880 y 2012, la temperatura media mundial aumentó 0,85 grados centígrados. Esto quiere decir que por cada grado que aumenta la temperatura, la producción de cereales se reduce un 5 por ciento aproximadamente. Se ha producido una reducción significativa en la producción de maíz, trigo y otros cultivos importantes, de 40 megatones anuales a nivel mundial entre 1981 y 2002 debido a un clima más cálido.
Debemos llevar a la transformación tanto la enseñanza como la formación técnica profesional en razón de la demanda de los empleos verdes sustentables, que están orientados hacia la consolidación de la paz y la cohesión social. Tenemos que romper los viejos paradigmas para diseñar y plantear las prácticas pedagógicas que den soporte a los desafíos que impone la actualidad.
Recordemos que entre las medidas urgentes de adoptar para combatir el cambio climático y sus efectos, está el mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional en relación con la mitigación, por supuesto del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana. Es un acierto.
¿Y por qué un acierto? Porque dentro de las 25 metas alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible relativo a la institucionalidad, está considerada la de promover alianzas multisectoriales y desarrollar capacidades de articulación e implementación. Este debe ser el camino a seguir.