En un estudio que recientemente publicó el Clean Air Institute, México resultó ubicarse como el segundo país de América Latina con más muertes por contaminación, con 15 mil decesos por año, le siguen Brasil y Argentina colocándose en primero y tercer lugar respectivamente.
Como una de las consecuencias, el Cambio Climático (CC) ha afectado mayormente a los habitantes más vulnerables en diversos países; de acuerdo al Banco Mundial, de no adoptarse medidas urgentes para reducir esta vulnerabilidad, aumentar la resiliencia y proporcionar los servicios básicos, para 2030, las consecuencias del cambio climático podrían sumir en la pobreza a más de 100 millones de personas en el mundo.
En materia de salud, los sectores más vulnerables de la población por la contaminación del aire son los niños y adultos mayores, quienes regularmente padecen enfermedades respiratorias. Por ejemplo, la neumonía que es una enfermedad entre cuyas causas están los factores ambientales, según datos publicados en noviembre de 2012 por la OMS, cada año quita la vida de más de 1.2 millones de menores de 5 años en el mundo, lo que supone 18 por ciento de todas las defunciones de niños en ese rango de edad.
En México, se emiten anualmente 59 millones de toneladas de contaminantes atmosféricos. De ese total, 20.6 por ciento corresponde a emisiones de fuentes naturales, que principalmente son compuestos orgánicos volátiles y óxidos de nitrógeno.
Sin duda, uno de los factores que mantiene una mala calidad del aire es el parque vehicular, en particular los modelos antiguos cuya eficiencia en consumo de combustible y nivel de emisiones a la atmósfera son deficientes. A ello se suma el hecho de que no todas las entidades federativas cuentan con un programa de verificación vehicular.
Luego de que las naciones se reunieran el año pasado para analizar las posibilidades de mitigar el efecto invernadero, en COP21, para negociar un acuerdo final de evitar a toda costa que la temperatura mundial aumente más de dos grados centígrados; creo que debe que enfatizarse que vamos lentos.
Pese a que en días pasados el Secretario General de la ONU anunciara que 175 países firmaron el Acuerdo de París sobre Cambio Climático; para su entrada en vigor es necesaria la ratificación de al menos 55 países que produzcan en conjunto el 55 por ciento de las emisiones de GEI. Y, aunque se avanzaría muy rápidamente con la ratificación de Estados Unidos o China –responsables del 40 por ciento de las emisiones–; sin embargo, la premura es más, hoy, que la diplomacia.