Un estudio reciente publicado por la OMS, destaca que cada año fallecen más de 1.2 millones de adolescentes por causas, que en su mayoría, podrían evitarse. Esto se traduce a 3 mil muertes cada día en todo el mundo. Sin duda un dato alarmante si consideramos que entre esas causas están los accidentes automovilísticos, como primera, seguido de las infecciones respiratorias, las complicaciones del embarazo y el suicidio.
Algunos de los comportamientos que afectan en la parte adulta de nuestra vida, tienen su origen en la adolescencia precisamente, muchos de ellos tienen que ver con el sedentarismo y los inadecuados hábitos alimenticios o la mala alimentación. En otras ocasiones las prácticas sexuales de riesgo o sin protección, llegan a tener consecuencias devastadoras.
De acuerdo al estudio Los jóvenes y el VHI, una oportunidad en el momento crucial, "Más de la mitad de las nuevas infecciones por el VIH que se producen en la actualidad afectan a jóvenes de 15 a 24 años de edad. Sin embargo, las necesidades de los mil millones de jóvenes del mundo quedan sistemáticamente desatendidas cuando se elaboran las estrategias sobre el VIH/SIDA.
Cierto es que durante décadas este segmento de la población ha quedado particularmente excluido de los planes nacionales de salud, incluso así lo refieren expertos de esta organización internacional que, al destinarse una inversión, relativamente pequeña, estaríamos garantizando una población adulta joven más productiva, autónoma y próspera. Los beneficios, sin duda serían exponenciales.
Sin duda, la mejoría en los en los servicios de salud dirigidos a los jóvenes es hoy por hoy una prioridad si nos planteamos desde una perspectiva progresista; sin embargo, del modelo tradicionalista, debemos retomar el exhorto y el fomento del cuidado de los padres más que nunca, porque son ellos los que pueden influir en el comportamiento, las buenas prácticas y la salud de este grupo social.
La misma OMS señala que un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año, la mayoría en países de ingresos bajos y medianos, situación que genera severas complicaciones durante el embarazo, que aunado a las complicaciones en el parto se convierten en la segunda causa de muerte entre las adolescentes de 15 a19 años en el mundo.
Los adultos estamos llamados a interactuar más con los jóvenes y adolescentes, tenemos que buscar la manera de incidir en su dinámica de vida y fortalecer valores, hacer hogar y consolidar los lazos familiares.