Enriqueta Ochoa y su Oro amotinado

LAGUNA /

En mi libro de entrevistas Páramo de espejos con fotografías de Melchor Cadena (Universidad Iberoamérica Laguna, Miguel Ángel Porrúa, 2001) aparece la gran poeta lagunera Enriqueta Ochoa a quien entrevisté alguna vez que vino a Torreón.


Sería propio que el municipio de Torreón le agregará a la Casa Mudéjar el nombre de Enriqueta Ochoa y a la “Casa de Cantera” que por cierto ese nombre es de risa, ya que en la Laguna no tenemos cantera. Un honor para Torreón sería que a ese espacio se le nombrara Magdalena Mondragón. Estas mujeres apuntalan nuestra identidad lagunera, entre otros creadores de esta región.


Recuerdo a Enriqueta sonriente, generosa, sencilla e increíblemente cariñosa con todos los que tomamos su taller en el Teatro Martínez. Nos hicimos amigas, llegué a ir a su casa en la Ciudad de México. Nuestras reuniones al menos para mí eran imperdibles: escucharla platicar de su vida en Torreón, de su maestro Rafael del Río, de su proceso creativo, de sus filias y fobias, de su amor a Marianne su hija y a sus nietas y por supuesto a la poesía y la creación. Ella, Enriqueta la creadora de poemas, de historias enlazadas con la Laguna. Ella los que nos mostró el mundo a través de su poesía, que nos hizo viajar y sentir otros espacios y tiempos.


Les comparto algunos extractos del pensamiento de Enriqueta que aparecen en Páramo de espejos.


Sobre poesía es: “el hallazgo de lo insólito en lo cotidiano”. “Es el misterio más grande de los misterios, porque en realidad una no se sienta a esperar que le llegue”.


En palabras de Enriqueta sobre sus primeros versos para impresión: “La revista Cauce de Torreón, la única que hicieron ellos, la hicieron Federico Elizondo, Rafael del Río, Pablo C. Moreno, Salvador Vizcaíno. Entonces llega Vizcaíno a la imprenta y dice “Estos son de Rafael del Río, pero éstos han de ser de una amante a la que él le quiere dar nombre, así que esto no se publica•” Por eso tienen un pleito Rafael y Vizcaíno. Entonces se los mando a Pedrito (Aguilera) y se emociona Emmanuel ( Carballo) y aparecen en Ariel. Y es entonces cuando nos toman en cuenta en México y se llega a decir. “el augurio de una figura que va a ser muy importante”.


La poesía es el “Oro amotinado” de Enriqueta Ochoa entre su obra se encuentra Las urgencias de un Dios. Las vírgenes terrestres, los Himnos del ciego, Retorno a Electra Bajo el oro pequeño de los trigos. “la autenticidad para mí ha sido muy importante. Jamás me puedo traicionar a mí misma.” Enriqueta muere en el 1 de diciembre del 2008 pero sus versos siguen con nosotros alimentando nuestro espíritu.

  • María Isabel Saldaña
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