Los recuerdos se acumulan y la memoria va seleccionando lo que nos marcó en algún momento de la vida, así también los libros que nos fueron formando en nuestro paso por la vida. En La Invencible (Joaquín Mortiz, 2012) Vicente Quirarte elabora un texto que bien puede ser crónica, novela, memorias o bien como lo dijo en alguna entrevista un testamento.
En una catarsis el autor narra la vida y muerte de su padre el maestro Martín Quirarte, su gran aporte a la historia de México, su labor en la UNAM y la vida cotidiana con su familia. “La visible oscuridad” como la llamó William Styron se apodera poco a poco de la mente, del alma y toma por asalto a don Martín y más tarde a su hermano Ignacio.
La Invencible es una cantina en San Ángel “Invencible su convocatoria para quienes llegan a aliviar heridas del naufragio”. “Cuando mi padre se dejaba llevar por la yegua de la cólera era porque se descubría disminuido, incapaz de enfrentar -ya que no de vencer- con dignidad y aplomo a la Invencible”.
Con la palabra Invencible Quirarte logra hacer un paralelismo entre la cantina, lugar que alivia el dolor con un tequila y por otro lado la “Invencible” que se convierte en “la visible oscuridad.” Palabra de luz y sombra que alguna vez en la vida los hombres tenemos que confrontar.
Cuando creemos que el libro sólo va a tratar de don Martín, la erudición de Vicente Quirarte se pone en manifiesto a la mitad del libro. Aparece un tratado de literatura. Una carta geográfica de autores con espejos reflejados que iluminan al autor, conexiones de textos que gravitan en la obra para explicar la creación literaria y por ende la vida. “Contemplar el silencio y ver la forma” frase de Enrique González Martínez es parte de las múltiples citas que explican el arte de creación.
La realidad se va revelando a través de la literatura universal, mexicana y latinoamericana. Los grandes escritores de diferentes épocas y países tendrán su lugar en el texto iluminando al lector y en sus diferentes tiempos al autor. Un libro lleno de emoción, que vale la pena su lectura.