El comercio con las Filipinas

  • Taller Sie7e
  • María Luisa Herrera Casasús

Tampico /

Las islas Filipinas, descubiertas por los portugueses al servicio de España, Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano en 1521, y bautizadas por Ruy López de Villalobos en 1543 en honor del rey Felipe II, fueron conquistadas para España por Miguel López de Legaspi y fray Andrés de Urdaneta.

Se estableció entonces un comercio entre las islas y España por medio de la “Nao de la China” que llegaba a Acapulco tres veces por año, trasladando las mercancías hasta Veracruz, desde donde se enviaban a España.

La mayor parte de las mercancías no estaban fabricadas allí; se compraban allí a los comerciantes chinos y japoneses. Había una feria constante en el llamado Parián, y de aquí se transportaban a Perú y a España.

Para conservar las buenas relaciones con el Oriente, se acostumbró que el gobernador español enviase dones, dádivas y presentes a los reyes de Japón, Camboya, Tidore y otros.

En 1580 se envió de España al Gran Chino “12 halcones, 12 caballos y seis acémilas con sus reposteros con las armas del Príncipe, y cada año se gastaban 1500 pesos. De aquel comercio obtuvimos entre otros, el mango “de Manila”, y los famosos mantones “de Manila”, que nunca fueron españoles, sino bordados en China.

A Acapulco llegaban naves procedentes del Perú, trayendo oro y plata acuñada, y llevándose paños, sedas, y efectos de la India, China y Japón. En 1596 se prohibió el comercio entre Nueva España y el Perú, con excepción de brea, alquitrán y tabaco.

Con la seda china se fabricaban en Puebla y Antequera (Oaxaca) terciopelos, damascos, mantos, tocas, pasamuros y tafetanes. También se fabricaba el rebozo de seda “de bolita”. Los productos filipinos eran: “…terciopelos blancos y labrados, raso, damascos, gorgueranes, tafetanes, picotes, tocas, seda floja y torcida de madeja, felpas, tejidos de seda y algodón, holandillas, aniquíes, camas, pabellones, colchas, cobertores, algalia, almizque, estoraque, ámbar, oro, perlas, loza, escritorios y otros muebles y obras de madera, artefactos de marfil y hueso, diamantes, y otras piedras preciosas. (Memorial del Procurador de Manila). _

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