El nacimiento entre los mexicas

  • Taller Sie7e
  • María Luisa Herrera Casasús

tampico /

según el Códice Mendocino y fray Bernardino de Sahagún nos dan cuenta de las ceremonias de los nacimientos entre los habitantes de Tenochtitlán.

A los cuatro días de nacida, iba la “tícitl” o partera a lavar al niño, y si era varón, se le colocaba una rodela, un arco y cuatro flechas, así como los instrumentos de trabajo de su padre. Si era una niña, se le ponía una escoba, un “malacátl” para tejer, y un petate para sentarse a trabajar.

Además, en el centro ardía un brasero con leña de “ocótl” que representaba el ombligo del recién nacido, y cuyo fuego se mantenía desde el nacimiento del niño. La partera lavaba varias veces al niño, primero con “octli” o pulque y luego con agua, dedicándolo a los dioses. A Tonatiuh si era varón, o a Chalchiutlicue si era hembra. Enseguida, la partera le ponía el nombre, tomándolo del día en que había nacido.

Entre los totonacas, se presentaba al niño en el templo a los 28 días de nacido, para que los sacerdotes lo circuncidasen sobre una gran piedra. Este dato, poco comentado entre los historiadores, plantea varias interrogantes.

La influencia sacerdotal en el tenochca empezaba desde su nacimiento. Al cuarto día, se hacía la ceremonia de imposición de su nombre. Había también otra ceremonia: si era varón, se llevaba a enterrar su ombligo al lugar en que los mexicas estuviesen sosteniendo una guerra; y si hembra, se enterraba bajo las piedras del hogar. A los 20 días del nacimiento del varón, sus padres iban a ofrecer a su hijo al Calmécac o al Telpuchcalli para que, según el caso, fuese sacerdote o guerrero.

Estas ceremonias tienen cierto parecido a las actuales, pues tal parece que el sacerdote bautiza a los niños con pulque o cerveza y, a veces, también a las niñas. Y nada de malacates para tejer. _

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