La llegada de los europeos y africanos a nuestro país en el siglo XVI trajo nuevas enfermedades, como la viruela, que diezmó a la población indígena.
Posteriormente, la fiebre amarilla y el cólera morbus, no afectaron casi al indígena, pero sí a los europeos.
La viruela o “teozáhuatl” (grano de Dios), traída por los españoles, causó la muerte de varios señores principales, como el emperador Cuitláhuac, en 1520.
En 1576 llegó otra epidemia, tal vez de tifus, que tan solo afectó a los indios de raza pura.
El número de muertos se calculó en más de 2 millones, más de las dos terceras partes de los indígenas.
Fueron insuficientes las zanjas para enterrarlos, y se amontonaban los muertos en las calles.
En 1736 apareció otra terrible epidemia, llamada por los indios “el gran “metlalzáhuatl” que los atacó en gran manera, muriendo dos terceras partes de los habitantes de Nueva España.
El virrey Vizarrón ordenó se paseara la imagen de la Virgen de Guadalupe por las calles de la capital.
En septiembre de 1824, el gobernador de Veracruz, Gral. Miguel Barragán, envió un oficio al bachiller Domingo Rivas, párroco de Pánuco, suplicándole que los curas disipasen los temores de los indígenas hacia la vacuna contra las viruelas, y que ellos o sus ministros administraran dicha vacuna.
En junio de 1825, escribía la Mitra a los curas de su Diócesis, a causa de la epidemia de sarampión que afligía al país, que dijeran durante la misa la oración “Pro vitanda mortalite del tempore pestilentie”, para pedir el cese de la mortalidad.
Y el Congreso Veracruzano en 1826 ordenaba a los párrocos que influyeran con los padres para que presentaran a sus hijos a recibir el fluido vacuno contra la viruela, obligándose por la autoridad correspondiente en caso de que se resistieran.
En noviembre de 1830, el Arzobispo de México pide “se dé pronta sepultura a los cadáveres de fallecidos por enfermedades, con conocimientos y prudencia, para que puedan calificar ¡si ya han fallecido antes de enterrarlos…!”
Nuestro México ha padecido muchas epidemias, por lo que debemos procurar estar siempre vacunados con auténticas vacunas.