San Francisco Tamquayalab

  • Taller Sie7e
  • María Luisa Herrera Casasús

Tamaulipas /

Durante el siglo XVI, Fray Andrés de Olmos y sus compañeros franciscanos de la Custodia del Salvador de Tampico fundaron varias misiones, partiendo desde el norte de Veracruz, parte de Tamaulipas y la huasteca potosina.

Estas 14, las más conocidas, fueron: Valles, Tampico, Ozuluama, Tamquayalab, Tanlaxás, Huehuetlán, Aquismón, Tamuín (Tamohí), Tamápats, Tamítad, Tanlacúm, Huayabos, La Palma, Tampasquid y Canoas o Tambuanchín.

Gracias a la recopilación realizada por la historiadora Pilar Sánchez, y un mapa de las mismas que encontré en el Archivo Gral. de la Nación, busqué su localización, auspiciada por el Instituto de Invest.

Históricas de la UAT, localicé las aún existentes, o sus restos. No fue fácil, pero mis viajes fueron muy ilustrativos y fascinantes. Conocí el otro México en 1999.

La de San Francisco Tamquayalab suele confundirse con San Vicente, pueblo cercano, pero ésta es diferente, llamada hoy Cuayalab.

Se halla sobre un cerro, y posee una antiquísima iglesia de varitas y adobe, así como su infaltable espadaña, el muro del campanario.

Está poblado por varias familias huastecas, y conservan muchos ritos antiguos, en sincretismo con la religión católica.

Tam-quayab-lab significa “lugar del bastón de mando”, o sea, sitio de gobierno. En lo privado, tienen un cacique al que respetan.

Gracias a mi amigo, el investigador Luis Madaria y al promotor, Sr. Juan Carlos Soni, pudimos asistir al equinoccio de primavera este 21 de marzo y presenciamos una ceremonia muy hermosa.

Desde el amanecer habían danzado y soplado el caracol hacia los cuatro puntos cardinales, y otras ceremonias relativas al nacimiento del sol y el equinoccio.

Hubo una exposición artesanal y culinaria, y un mantel redondo en medio del patio para las ofrendas de sus habitantes. Una larga fila esperaba su “limpia”, que me fue ofrecida también.

Acudieron periodistas de Cd. Valles y asimismo los sacerdotes de Tancanhuits y San Vicente, los que nos ofrecieron una bendición católica dentro de la antigua iglesia.

Después de 25 años, les entregué copia de los documentos que los franciscanos elaboraron acerca de su historia de 1720 que prometí en 1991. La visita fue maravillosa.

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