Y la inconformidad contra AMLO se hizo evidente...

Ciudad de México /

En la narrativa de la 4T, construida desde hace más de una década, por un lado está el “pueblo bueno” que “apoya al movimiento” que encabeza Andrés Manuel López Obrador, que se ha propuesto la “regeneración nacional” a través de una “cuarta transformación” que, con toda megalomanía, ellos dicen encarnar.

Por supuesto que existen también los “adversarios” una especie de ente etéreo y omnipresente que encarna todo mal posible para la nación. Lo mismo son los “neoliberales” que los “conservadores” o todo aquel que “perdió indebidos privilegios” y que se opone a la 4T por intereses mezquinos que no son los de La Nación.

Mención aparte merecen los medios de comunicación, cuyas personalidades, voces y plumas, si son adversas a la causa, lanzan críticas llevados por la añoranza del “embute”, el “chayote”, la publicidad oficial –que no es que se haya cancelado, sino que se ha redireccionado hacia medios afines- e intentan generar un clima adverso a la Esperanza de México movidos por ataques a sueldo.

De eso van las conferencias de prensa matutinas, donde el Presidente de la República se da el lujo de desperdiciar el tiempo ante un auditorio a modo conformado por youtubers y personas que se ostentan como periodistas con tan poca representatividad como escasa correspondencia con la realidad hay en lo que ahí se dice.

Y reitero: ante las cámaras, micrófonos y reflectores López Obrador pierde valioso tiempo que bien podría dedicar a intentar resolver los problemas apremiantes del país. Y lo hace porque quiere y porque puede. Porque así se lo permiten los millones de simpatizantes que justifican lo injustificable mediante giros discursivos que en el argot de las redes sociales se ha dado en llamar como “maromas”. El tabasqueño hace y deshace porque tiene su mayoría legislativa y un ejército de incondicionales y sin oposición alguna que le haga frente.

Hasta este fin de semana, que FRENA mostró su músculo en el Zócalo de la Ciudad de México y la inconformidad contra López Obrador se hizo evidente.

La cifra final de quienes llenaron la Plaza de la Constitución es lo de menos. Detractores y simpatizantes no lograrán acuerdo.

Lo que importa es que hay miles y miles de mexicanos marginados por el régimen actual dispuestos a salir a la calle a mostrar su inconformidad.

Y es imposible justificar un Zócalo lleno bajo los cánones narrativos del discurso oficial. ¿De verdad creen que se manifestaron solo para defender ilegales o inconfesables intereses? ¿Todos ellos son nostálgicos de injustos privilegios? ¿O acarreados por manipuladores de oscuros intereses ?

A quien aún quiera entenderlo así, será imposible hacerle cambiar de opinión.

Periodista de investigación. Ex servidor público de carrera mario.arteaga@milenio.com

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS