Notas para el futuro

Ciudad de México /

Desde la grada del infierno este puede leerse bajo distintos códigos. ¿En qué dimensión queremos verlo? El miedo debería ser un parámetro ajeno a nuestros pantanos. Cada una de las prácticas en nuestro modelo de seguridad y justicia, reducidas a la simple habitabilidad, permiten otros Teuchitlán. México no ha construido garantías para evitarlos.

Superamos su plausibilidad. La idea de eso que llamamos campos de adiestramiento para sicarios y lo que ocurre en espacios similares, es la medida de una realidad donde la violencia instrumenta el miedo para escapar de él.

Testimonios de sobrevivientes y las no pocas investigaciones alrededor de un fenómeno que no puede limitarse a un rancho, recuerdan las imágenes de estudiantes en Lagos de Moreno.

Lo evitaríamos, si pudiésemos —no podemos—, imaginar el terror de quienes son retenidos, humillados, obligados a matarse entre sí para salvarse. Al menos temporalmente.

¿Cómo ve el instante quien es obligado a despedazar, a quemar un cuerpo o asesinar? ¿Cómo se niega a hacerlo quien teme ser objeto de las órdenes que recibe?

Hay un miedo que lleva a lo impensable.

En todos nosotros, el miedo es un acompañante silencioso. La antesala del fin abstracto, de la vida, de las posibilidades y de nuestros límites. Le tememos a las formas de la muerte, los padres le temen más a las maneras de la muerte de sus hijos que a la propia. ¿Qué pasa cuando esa presencia discreta se convierte en el todo de la existencia porque la define? Qué, cuando alguien depende de ejercer el horror al que no creía estar dispuesto. Qué, cuando una madre imagina lo que puede estarle sucediendo a quien busca.

El miedo construye un espacio de irrealidad donde el entorno se desvanece. México es el embate colectivo con las ruinas de la humanidad.

Las medidas para contener la repetición de Teuchitlán son políticas. La negativa del fiscal a una comisión dedicada es rechazo a la magnitud del horror y reconocimiento de que, en este país, como estamos, ninguna tendrá utilidad. Eliminó la responsabilidad de la Federación para depositarla en la administración local previa. No es sólo la investigación. Hubo un tiempo en el que admitimos que el problema era sistémico. Sigue siéndolo.


  • Maruan Soto Antaki
  • Escritor mexicano. Autor de novelas y ensayos. Ha vivido en Nicaragua, España, Libia, Siria y México. Colabora con distintos medios mexicanos e internacionales donde trata temas relacionados con Medio Oriente, cultura, política, filosofía y religión.
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