La juventud: esperanza de México (y el mundo)

Ciudad de México /

Resulta evidente que las juventudes de nuestro país, y yo diría del mundo, son mucho más conscientes que otras generaciones que les tocó vivir otro contexto global y sociocultural. Estas nuevas generaciones procesan la realidad y la información de una manera distinta. Prestan mucho más importancia a la libertad; a la necesidad de proteger nuestra naturaleza, medio ambiente y animales no humanos; a la salud mental; a la ciencia.

Los grandes retos que enfrentamos como humanidad requieren de personas decididas que no le teman a las adversidades y que actúen sin egoísmo. Seguir con la tendencia del interés individual sobre el colectivo provocará la extinción de nuestra especie. Debemos empoderar a la juventud para que puedan tener más incidencia.

Es por esto que admiro el esfuerzo que ha emprendido en los últimos años el diputado federal Miguel Torruco Garza para impulsar a las juventudes a nivel nacional. Ha utilizado su influencia política y mediática para que el esfuerzo y las visiones de muchos jóvenes sean tomadas en cuenta.

En Nuevo León en los últimos meses emprendimos el esfuerzo para reunir a mujeres y hombres que quieran hacer el bien. Cada uno con su área de interés. Entre doctores, abogadas, arquitectas, diseñadoras, ambientalistas, veterinarias, científicos y programadores, se han establecido comités específicos de trabajo, un plan anual, asignando presupuesto, así como el apoyo político y empresarial para lograr acciones concretas.

El día de mañana estaremos el diputado Torruco y un servidor instalando el Relevo Generacional capítulo Nuevo León y tomando la protesta a estos 320 jóvenes en el auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas de la UANL. Los que aún nos consideramos jóvenes y tenemos facultades para apoyar, no tenemos derecho a fallarles.

Resulta evidente para cualquiera que le guste elaborar prospectiva estratégica que el escenario futuro tendencial a largo plazo resulta catastrófico. A nivel mundial el deterioro del medio ambiente, las guerras y proliferación nuclear, las hambrunas, el crecimiento exponencial de la población, el narcotráfico, vislumbra escenarios poco alentadores. Sin embargo, el ahínco, la conciencia y el corazón que muestran las juventudes son un bálsamo de alegría y la llama que mantiene viva la esperanza en el porvenir.


  • Mauricio Cantú
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