La racionalidad de Einstein

Ciudad de México /

El gran astrofísico Albert Einstein tuvo una mente privilegiada. Fue una persona que comprendió a muy temprana edad el valor de la constancia y la disciplina. Ejercitó constantemente la creatividad y expandió al máximo la capacidad creadora de nuestras neuronas.

Más allá de la teoría de la relatividad y su aportación a la física cuántica, Einstein tuvo muchas perlas de sabiduría. Consejos que estoy seguro han ayudado a millones a vivir más felices y tener éxito en lo que se proponen.

Una de estas máximas de Einstein fue enfatizar que para él la locura radica en hacer lo mismo de siempre y esperar resultados distintos. Esto aplica para la experimentación científica, como para la vida.

En este época mágica y hermosa de la Navidad, donde tenemos la dicha de pausar nuestra vorágine diaria de obligaciones y estrés, conviene hacer reflexión respecto a aquellos aspectos de nuestras vidas que no nos gustan. Aquellas cosas que no abonan a nuestra felicidad. Esto aplica para cuestiones de trabajo, como también personales.

Los seres humanos somos seres de hábitos, rutinas y patrones mentales. No vamos a lograr resultados distintos en nuestras vidas si no modificamos estos tres aspectos. Para lograr avances positivos es indispensable cambiar hábitos, patrones mentales y rutinas, pero resulta más fácil decirlo que hacerlo.

Ahora bien, esta máxima de Einstein no aplica meramente para la experimentación científica y nuestras vidas, también aplica para la política y la administración pública. Cuando un político ve que no está teniendo los resultados deseados, es hora de cambiar y no aferrarse a lo mismo.

La mente humana nos juega muchos trucos y le gusta lo conocido, su zona de confort. Pero justo en esa zona es donde no está el crecimiento ni la mejoría. La mejoría está en la agilidad para adaptarse, modificar y ajustar. Ejercitemos una mente abierta al cambio y determinada a mejorar las cosas.

En esta Navidad y cierre de año, hagamos lo que nos toca. Hagamos una lista de compromisos realistas y cumplámoslos. Yo les digo algunos de los míos: me dormiré todos los días entre semana antes de las 23:00 y levantaré antes de las 5:30; me bañaré siempre con agua fría; dejaré el celular una hora antes de dormirme y no lo veré hasta por lo menos una hora después de levantarme; desayunaré, comeré y cenaré a la misma hora; escribiré por lo menos una hora por día; leeré por lo menos tres horas al día.

Les deseo una feliz Navidad, así como éxito y gozo para este 2024 que está por llegar.


  • Mauricio Cantú
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