En nuestro país sí existió un narcogobierno y un narcopresidente. Su nombre es Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. Mejor conocido como El Carnicero de Michoacán. Aquel individuo diminuto de cuerpo, carácter y espíritu que convirtió a nuestro país en un cementerio. Que se robó la elección del 2006 y recién tomando posesión nombró a Genaro García Luna como su secretario de Seguridad Pública.
Sí, aquel García Luna sentenciado y preso en Estados Unidos por diversos cargos, incluyendo narcotráfico y lavado de dinero. Aquel que estuvo los seis años de su gobierno enriqueciéndose mientras la incidencia delictiva aumentaba a pasos exponenciales.
Seamos muy claros, en el año 2006 cuando Calderón llegó a la Presidencia los homicidios por año estaban en 8 mil 800. Cuando terminó ya habían alcanzado los 27 mil 213, un aumento de más de 200%. Estos datos hablan por sí mismos. La descomposición social que provocó el gobierno de este panista nos golpeó de tal forma que revertir esta tendencia no ha sido fácil.
Los homicidios siguieron aumentando durante el sexenio ultracorrupto de Peña Nieto, llegando a 36 mil 685 por año en 2018. Así fue como recibió el gobierno nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador. Se disolvió la Policía Federal, se formó la Guardia Nacional, se reformó la normativa en materia de seguridad, y se comenzó desde cero a planificar y ejecutar la estrategia para garantizar la paz en México.
Se instauró la carrera enfocada en Seguridad Pública en el Colegio Militar, siendo el año pasado la primera generación de cadetes en graduarse e ingresar a puestos de mando en la Guardia Nacional. Ahora los encargados de la Seguridad Pública, incluyendo su titular Rosa Icela Rodríguez, son gente patriota que busca establecer la paz y la tranquilidad en México, muy lejanos a un perfil como el de García Luna.
El gran reto es pacificar a México, que la política de seguridad siga de la mano de la política social, que atienda de raíz las causas que generan la violencia. Así como lo está haciendo el Presidente, se necesita atender a los jóvenes, a los adultos mayores, generar desarrollo económico, generar educación de calidad y trabajos dignos. La primera etapa de la transformación que inició el Presidente será continuada por la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, el asunto de mayor importancia seguirá siendo garantizar la paz en México. Que así sea.