Los proyectos del Tren Maya y el tren interoceánico en el Istmo de Tehuantepec representan inversiones en infraestructura neurálgica para nuestra seguridad nacional y para nuestro país. Ambos impulsarán el poder nacional de nuestro país, más allá de representar una gran noticia para la economía regional y nacional.
Empecemos por decir que todo gobierno eroga de dos formas: el gasto corriente y la inversión. El primero es necesario dado que estamos hablando de sueldos, rentas, servicios, etcétera, que todo gobierno requiere. Pero en el segundo está la clave para detonar el bienestar y progreso nacional.
Cuando un gobierno logra acertar en planear y finalizar proyectos de inversión estratégicos se mejora no solamente la economía, sino el bienestar colectivo y la seguridad nacional.
La seguridad nacional es un ingrediente necesario para el desarrollo, así como el desarrollo es un ingrediente para lograr la seguridad nacional. Es un binomio y cualquiera de sus partes no puede existir sin la otra.
El Tren Maya conectará puntos que anteriormente estaban aislados y eran de muy difícil acceso. Esto permitirá no solamente el acceso de personas, el turismo y la conectividad, sino que también el comercio e intercambio de bienes. La refinería de Dos Bocas también se conectará por vía férrea con el Tren Maya y el tren del Istmo. Todas estas vías férreas reducirán la necesidad de tráileres que son sumamente contaminantes y una vía ineficiente de transporte.
Con esta conectividad se reducirá considerablemente el transporte de combustible vía pipas, abonando el transporte férreo al transporte vía ductos. Esto beneficiará al medio ambiente y tendrá efectos positivos para evitar la saturación vial.
Los mil 554 kilómetros del Tren Maya, con sus 34 estaciones, serán detonantes del turismo en toda la región de la Península de Yucatán. La derrama económica ayudará a levantar comercios, hoteles, tiendas y toda clase de negocios. Adicionalmente, esta conectividad, aunada al enlace con el Istmo de Tehuantepec y los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, que conectan ambos océanos Pacífico y Atlántico, hará que se establezcan empresas ahí.
Estos proyectos perdurarán y es muy posible que se expandan aún más. La seguridad nacional requiere del elemento imprescindible de conectividad. Ésta se fortalece con estos dos proyectos, que estarán unidos para detonar nuestro poder nacional y proyectarnos aún más ante el mundo. ¡Sigamos avanzando!