Confianza, Escepticismo y Desconfianza

Estado de México /

Desde la remota época de Platón quien proponía la idea de que el gobierno debería quedar a cargo de los más sabios, la que finalmente se abandonó como una utopía, tenemos a nuestra disposición elegirlos, por lo menos, a los titulares de los cargos.

Para lo cual se diseñó la competencia electoral, para llevar al gobierno y las legislaturas, a quienes destaquen por ser los mejores, quienes nos parezcan incorruptibles y con vocación de servir. Así surgieron las campañas electorales, y luego las elecciones. Como estamos en pleno proceso electoral nacional me animo a expresar breves reflexiones y comentarios al respecto.

Hay quienes se hacen ilusiones con los candidatos que ayudan y favorecen, luego se desilusionan, porque después de ganar la confianza ciudadana y recibir el voto mayoritario, algunos gobernantes o representantes, hasta le dan la vuelta a sus confiados electores, lo que genera escepticismo en la democracia y hasta desconfianza. Esto aleja a los ciudadanos de los procesos electorales y es muy grave, adverso a la democracia, porque surge el escepticismo.

No se diga de posteriores escándalos de todos tamaños, y en todas partes, cuando se llegan a identificar casos de corrupción, o de ineficiencia en los resultados de la gestión gubernamental. Eso aumenta el desprestigio de la política, se desalienta más la participación electoral, y se abre el camino a la barbarie. Por fortuna cuando ocurre lo contrario, se logra buena calidad de la Administración Pública, el gobernante logra confirmar la confianza ciudadana, se fortalece la imagen de los gobernantes y su prestigio político.

De ahí el interés de algunos politólogos para que en aras de la transparencia y la rendición de cuentas electorales, se difundan las biografías de los candidatos que logren registro y, en consecuencia, compitan por cargos de elección popular, para conocer respecto a su idoneidad y preparación para los cargos que aspiran ocupar, algo más que sus imágenes, con retoque y hasta bien maquilladas.

La democracia como forma de gobierno nos reconoce el derecho a elegir a nuestros gobernantes y legisladores, lo que simultáneamente significa la obligación de acudir para elegirlos, sin importar lo imperfecto del sistema. Es distinción de un país democrático, como el que defendemos, siempre que estemos dispuestos a ejercer nuestros derechos y cumplir nuestras obligaciones.


  • Mauricio Valdés
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.