El lunes pasado se efectuó en el Centro Cultural Roberto Cantoral de la Ciudad de México el "Diálogo por la Reforma Cultural" convocado por el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU) y Editarte publicaciones, quienes invitaron a los candidatos presidenciales a presentar sus propuestas respecto a un tema fundamental: Política Cultural 2018-2014. Asistieron a exponer las propuestas en representación de los candidatos: Consuelo Sáizar, por Margarita Zavala; Alejandra Fraustro, por Andrés Manuel López Obrador; Raúl Padilla, por Ricardo Anaya; y Beatriz Paredes, por José Antonio Meade. Como moderadores estuvieron Eduardo Cruz Vázquez y Francisco Moreno.
Fueron un conjunto de participaciones de lo más interesante, porque tuvieron más coincidencias que diferencias. Y eso en este proceso electoral tan ríspido y enconado es una perla de esperanza, en que es posible ponernos de acuerdo en los temas fundamentales, a partir de un diálogo de personas que conocen al país y por eso lo quieren. Mi felicitación a Beatriz Paredes que demostró su gran conocimiento de la cultura mexicana y su experiencia gubernamental.
Los promotores de este diálogo ya han publicado sus propuestas en un libro llamado ¡Es la reforma cultural, Presidente! Propuestas para el sexenio 2018-2024, que toca la mayoría de los temas básicos para una Política Cultural de la próxima administración.
En muchas ocasiones esta política es la parte final en la lista de asignaciones presupuestales. Se ve más como un adorno que como una base de la convivencia social, no obstante que trata de preservar el patrimonio histórico que da identidad a la nación y de fomentar las artes. Tiene valor estratégico en la situación geopolítica de México, por nuestra vecindad a la sombra del gran poder de los Estados Unidos,que de origen han pretendido, más allá de despojarnos de territorio como ocurrió en 1848, de anular y desdibujar nuestra riqueza cultural.
La Política Cultural debe ser rescatada para colocarla en el lugar primordial que dentro de la administración pública le corresponde. Hay gobiernos que no avanzan más allá de las obras de relumbrón y luego las abandonan presupuestalmente. No se diga del descuido de nuestras zonas arqueológicas, de la poca motivación para cuidarlas, conocerlas a conciencia y enorgullecernos de ellas, así como de las costumbres y arte de esa época. Casi son desconocidos los instrumentos musicales, la música, los juegos, y poco se conoce la poesía y la literatura del México antiguo. Como parte de la conquista y posterior adoctrinamiento, fue sepultada, y a pesar de todo, ahí sigue.
La Política Cultural es la mejor defensa de una comunidad frente a la tendencia avasallante de gobiernos interesados en la permanente subordinación de sus vecinos y del mundo en general. Es medio de cohesión social, de gobernanza como ahora se le dice, porque fortalece el tejido social. Sin embargo, han logrado más los ataques a la Política Cultural, porque se le ha ubicado como expresión del nacionalismo que debe sustraerse a la globalización.
@MauricioTexcoco