El presupuesto fue aprobado, los diputados lo hicieron en tiempo, pero no necesariamente en forma, la lucha por el presupuesto siempre tiene estiras y aflojes. Finalmente ganó la mayoría de los diputados de Morena, hoy podemos afirmar, habemus presupuesto 2020.
Como en todo presupuesto, hubo perdedores y ganadores, las Secretarías ganadoras fueron la de Energía, y cómo no pensarlo, si existe en proceso la construcción de una nueva refinería, el presidente Obrador le está apostando a la generación de nuestra propia gasolina para ser autosuficientes.
La Secretaría de la Función Pública también se benefició, obvio, no es sorpresa, porque es ésta la encargada de dar seguimiento a los actos de corrupción y revisar que cada peso sea bien gastado, una de las promesas de campaña del presidente Obrador.
La Secretaría del Bienestar es otra de las ganadoras, y es que precisamente el presidente quiere apostar por el combate a la pobreza, cerca de 15 por ciento de incremento en su presupuesto, ello en relación con el año anterior. El presupuesto de Peña Nieto fue de 5,279 mil billones de pesos; en el caso del gobierno actual, será de 5,338 mil billones de pesos, un incremento cercano al 1%.
Las Secretarías perdedoras fueron la de Turismo, la SEDATU, y la del Trabajo y Previsión Social, redujeron sus presupuestos entre 30 y el 40%. Me preocupa dicha reducción por dos fenómenos: la primera es que México recibe por turismo más de 2 mil millones de dólares al año; México requiere en su territorio una verdadera planeación y un ordenamiento territorial, la encargada de hacerlo es la SEDATU, me pregunto qué proyectos y programas de planeación se concretarán frente a esa reducción presupuestal, no les queda más que tomar la frase popular, más es menos y menos, es más.
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