Dudo que este año llegue una película que dialogue tan intensamente con la realidad como Queen y Slim: Los fugitivos . De regreso a casa después de una cena, Queen y Slim (Daniel Kaluuya y Jodie Turner-Smith), una pareja afroamericana que acaba de tener su primera cita, es orillada por una patrulla a causa de una infracción vial menor. La situación escala al punto en que el policía abusa de su poder. Hasta aquí, la premisa sigue el rumbo de la historia que narran las noticias. Segundos después, la película entra en una interesante dimensión paralela que plantea qué pasaría si quien perdiera la vida en estos altercados fuera la policía y no los afroamericanos. Slim forcejea con el policía matándolo de un disparo. La pareja huye, convirtiéndose en los fugitivos más buscados por las autoridades a la vez que símbolos accidentales de una comunidad que ve sus actos como algo heroico. Sin perder la adrenalina, el ritmo, ni la fórmula de las cintas de fugitivos, Queen y Slim inserta en personajes, diálogos y situaciones de su trama recordatorios de las muchas formas en las que la injusticia e inequidad marcan las vidas de la comunidad afroamericana en Estados Unidos.
El guión de Lena Waithe conjuga ficción emocionante y realismo en una cinta que demuestra que el entretenimiento puede ser político. Se estrenó en cartelera en los cines de la República que ya están abiertos.
Mucho mucho amor: la leyenda de Walter Mercado
Walter Mercado no necesita introducción. Si fuera el caso, el documental de Netflix que le rinde tributo comienza nada menos que con Lin-Manuel Miranda ponderando la figura del astrólogo en la cultura pop. El boricua más célebre de hoy haciendo preámbulo al boricua más célebre de antaño.
Mucho mucho amor: La leyenda de Walter Mercado es el resultado de dos años de acceso al hogar y círculo cercano de esta personalidad de la televisión. Pese a que nos presenta a parte de su familia biológica (y elegida), nos cuenta cómo fue construyendo su personaje televisivo, nos da un tour por su guardarropa y señala el error que le costó su carrera, el grado de intimidad al que llega no revela la vida interior que escondió detrás de su personalidad histriónica. No lograr esta introspección suele ser una falla en los documentales biográficos; no diría que es el caso de Mucho mucho amor . Una vez que Mercado deja claro a los directores Cristina Costantini y Kareem Tabschde que no desea dar pormenores amargos de su vida, la dupla de cineastas no depende de confesiones escandalosas para consumar su película. La vida pública de Mercado sirve como un estudio mediático sobre nuestra fascinación por él como audiencia por tantos años. La prueba máxima de que este es un documental sumamente entretenido y universal es que no hay que ser adepto de los horóscopos para disfrutarlo. Mención especial merece un acierto que es poco visto en este género: poner frente a la cámara al antagonista de la historia y hacerlo hablar sin rodeos de las acciones que se le imputan. Se estrenó en Netflix esta semana.