La ILE por las peleas de gallos, otro logro más de la 4T

  • Políticamente Incorrecto
  • Melisa Agüero

Ciudad de México /

La lucha de las mujeres no debería ser moneda de cambio para aprobar después leyes que contravienen los derechos de los animales no humanos, ni siquiera aquellas que pondrían en jaque la armonía del mismo Congreso de Hidalgo; lo único que me pregunto ahora es: ¿los diputados leen y se informan sobre lo que aprueban? Porque lo que ocurrió este miércoles parece reflejar que se apoya lo que es negociable y no lo que por derecho corresponde.

Por un lado, podemos y debemos festejar el reconocimiento de los derechos de las mujeres a decidir sobre su cuerpo que, dicho sea de paso, no era un tema siquiera cuestionable puesto que la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) y la convención de Belém Do Pará a la que México está adherida ya venían pidiéndolo con bases sumamente científicas.

Sin embargo, y no me atrevo a creer en coincidencias aquí, como ya lo sabíamos desde que se presentó la iniciativa para nombrar a las peleas de gallos como patrimonio cultural inmaterial de Rafael Garnica en 2018, casi a la par de la iniciativa para despenalizar el aborto, la bancada morenista dejó entrever que no había Cuarta Transformación allí ni respeto a la agenda que ésta plantea, sino intereses entre grupos y que solo si un par cedía, votarían por el aborto legal y, por ende, a favor de las peleas de gallos; iban juntas o no iba nada.

Este miércoles coincidentemente ambas iniciativas se votaron, justo las mismas que en su momento se detuvieron por disputas internas, las cuales congelaron la iniciativa de Garnica y a su vez resultaron en la negativa de la ILE el 12 de diciembre de 2019.

La iniciativa para despenalizar la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas tenía plena conciencia científica, tan es así que hasta el procurador de Justicia del estado y el entonces secretario de Salud dieron argumentos sólidos para su validez ante los diputados; la negativa hacia el nombramiento de las peleas de gallos también tenía sus bases, tanto que hasta existe una controversia resuelta por la Suprema Corte de Justicia, que desde 2018 dijo: “se establece que si bien las peleas de gallos son expresión de una determinada cultura, ninguna práctica que suponga el maltrato y el sufrimiento innecesario de los animales puede considerarse una expresión cultural amparada por la Constitución”, aunque parece que los legisladores comprendieron otra cosa, porque, claro, no se entienden ni entre ellos.

Ahora solo quedamos a la espera de que el gobernador haga su parte y vete este falso nombramiento que ni siquiera tiene relación directa con aquellos patrimonios que declara la UNESCO para preservar costumbres o territorios, tan solo es un proyecto que Garnica no quiere soltar aunque sus alcances sean casi nulos.

Melisa Agüero

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