El covid-19 y las fiestas decembrinas

Ciudad de México /

El último reporte sobre covid-19 de la Secretaría de Salud en Nuevo León señala que en estos casi tres años de pandemia han enfermado 627 mil 170 personas, y se han registrado 16 mil 642 decesos.

En esta semana hay 56 hospitalizados, cinco de ellos se encuentran en terapia intensiva, debido a que su estado de salud se complicó. En términos estadísticos parecen pocos casos, si lo comparamos con lo ocurrido hace un año durante el pico de la emergencia sanitaria.

Incluso hay quienes piensan que la doctora Alma Rosa Marroquín exagera al advertir sobre la llegada de una sexta ola, y decretar de nuevo las restricciones en lugares públicos, incluidos el transporte y edificios, donde el uso del cubrebocas será obligatorio ¡oootra vez!

Sin embargo, parece que en las calles la euforia de las fiestas decembrinas nos ha hecho pasar por alto que hace unos meses estábamos en una de las peores crisis de salud, y muchos de nosotros perdimos a seres queridos.

No olvidemos que el virus sigue en nuestras vidas, y que a pesar de estar vacunados, el riesgo de contraer la enfermedad sigue latente. Peor aún, las condiciones climatológicas extremas en Nuevo León hacen que esa posibilidad aumente conforme bajen las temperaturas.

De hecho el pronóstico señala que en los próximos días habrá un descenso en el termómetro, y por lo mismo las personas adultas y los niños corren riesgo de contraer gripe, influenza y hasta covid-19 durante esta temporada.

La titular de Salud en el estado fue enfática en pedirnos que volvamos a usar la mascarilla y mantener la sana distancia, porque en las últimas semanas las medidas se fueron relajando y eso ha provocado el incremento de casos.

Hoy en día en ningún restaurante o establecimiento comercial existen los termómetros, ni gel, o tapetes que al inicio de la emergencia eran obligatorios. Eso es evidente y las autoridades sanitarias se han hecho de la vista gorda.

Por eso tampoco tienen mucha calidad moral para exigirnos el cumplimiento de las medidas, y peor aún, cuando los ciudadanos ven la “preocupación” del gobernador Samuel García que anda con una amplia comitiva en el Vaticano.

Si realmente están preocupados por una nueva oleada, deberán endurecer las normas sanitarias antes de que otra cosa suceda, porque como gobierno deben predicar con el ejemplo. Mientras eso sucede, Samuel anda pidiendo ayuda en otras instancias, pero como dice el dicho... a Dios rogando y con el mazo dando.

Miguel Ángel Vargas
  • Miguel Ángel Vargas
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