Ernesto Canales... de matancero a res

Monterrey /

Dicen que la justicia a veces tarda en llegar, pero siempre llega. Esa parece ser la sentencia moral de un abogado que defraudó, o al menos eso quedó asentado en la denuncia presentada por la señora Paula Cusi Presa Matute.

La mujer lleva varios años peleando en los tribunales contra el ex fiscal Anticorrupción de Nuevo León, Ernesto Canales Santos, quien le cobró 6 millones de dólares por asesorarla en un juicio.

Sin aportar comprobantes que sustentaran los “gastos” por concepto de los años de litigio, el ex fiscal durante la administración de Jaime Rodríguez Calderón reconoció ante los diputados de Nuevo León que se quedó con ese dinero.

El video de la sesión de 2016 fue aportado como prueba por parte de la defensa de la señora Cusi Presa Matute, quien además pidió al Ministerio Público la declaración de varios legisladores para corroborar la acusación.

En una primera instancia libró la detención gracias a sus contactos en el Poder Judicial de la Ciudad de México, a pesar de que la contraparte demostró con documentos oficiales, que el señor Canales depositó el dinero en una empresa holandesa creada ex profeso.

La orden de reaprehensión en su contra lo deja oficialmente como prófugo de la justicia, y ahora es buscado por el presunto delito de administración fraudulenta, al quedar sin efecto el amparo que le había otorgado la justicia federal.

Esto quiere decir que el litigante se encuentra escondido para evitar su captura, y seguramente fuera del país, desde hace meses que salió en lugar de enfrentar las acusaciones en su contra.

Durante su gestión al frente de la Fiscalía Anticorrupción acusó a funcionarios del ex gobernador Rodrigo Medina como corruptos, pero sin tener los elementos por lo que fueron liberados en su momento.

Siguiendo órdenes de su entonces jefe El Bronco, realizó una verdadera persecución política en contra de ex priistas sin sustento alguno, por lo que no tuvo otro remedio que irse no solo del cargo, sino del estado y del país.

Ni Ernesto ni Jaime aprendieron de aquella frase la lapidaria de don Alfonso Martínez Domínguez de que “los matanceros de hoy serán las reses del mañana”. 


miguelangel.vargas@milenio.com


  • Miguel Ángel Vargas
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