En seis años al frente del gobierno federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó mil 423 mañaneras donde nos endilgó "su verdad" sobre los acontecimientos del país, y respondió a cada uno de los temas que por lo general eran contradictorios a las expresiones de los "conservadores".
Así nos pasamos todo un sexenio, entre disputas de los políticos emanados de la cuarta transformación, y algunos sectores que no estaban de acuerdo con las formas de gobernar, pero nada pudieron hacer para generar equilibrios.
Lo que sí es una realidad, es que una parte de la sociedad mexicana refrendó el apoyo a los programas de Morena, que con recursos públicos cubrió las necesidades de millones de personas que nunca habían sido atendidas.
Por esa razón, el martes 1 de octubre tendremos por primera vez en la historia de nuestra nación a una mujer como jefa del eEjecutivo, lo cual genera una alta expectativa por lo que representa la continuidad de la 4T y el llamado "segundo piso".
La doctora Claudia Sheinbaum llega con niveles de popularidad superiores al 70 por ciento, muy similares a los del presidente López Obrador, que a diferencia de los anteriores mandatarios cierra el sexenio en la parte alta de las preferencias.
Hay temas coyunturales que deberán ser atendidos de inmediato porque no todos los problemas en México se resuelven con dinero. La deuda con los grupos vulnerables no ha sido saldada, y eso lo saben.
La pregunta es ¿qué le espera a Puebla con Sheinbaum? en temas de apoyo a las necesidades más apremiantes de una de las cinco entidades más importantes del país, y que enfrenta problemas muy puntuales como la inseguridad y la falta de crecimiento económico.
Los poblanos validaron en las urnas la continuidad del morenismo en el estado y por eso ganó ampliamente en las urnas Alejandro Armenta, y en la capital decidieron darle su voto de confianza a Pepe Chedraui. De esa manera, la lógica indica que habrá una mejor coordinación para atender los asuntos prioritarios.
La esperanza es muy alta, y como muchos ciudadanos, la ilusión sigue intacta. Sin embargo hay muchos mexicanos que siguen esperando el bienestar prometido, que no necesariamente tiene qué ver con la parte monetaria, sino con la tranquilidad y la paz social que la delincuencia nos sigue arrebatando.