Este domingo recibió la constancia que lo acredita como ganador de la contienda del pasado 2 de junio el morenista Alejandro Armenta, y concluye así el proceso electoral (salvo el caso de San Pedro Cholula), para iniciar una nueva etapa en la vida de esta entidad.
El viernes recibieron también el mismo documento la mayoría de los alcaldes electos y salvo el caso de Tonantzin Fernández y Roxana Luna, donde se revirtió el triunfo de la perredista, el proceso terminó en paz y ahora hay que ver hacia adelante.
El caso de la capital, por ejemplo, José Chedraui recibió su constancia por parte de la Comisión Municipal Electoral pues el conteo rápido hecho por el IEE le daba una ventaja de poco más de 10 puntos, así que no había margen para la duda. De hecho, hoy se reúne con directores y dueños de medios de información.
A casi una semana del tsunami morenista, los partidos tratan de digerir la madriza y todavía siguen buscando por dónde les llegó. La oposición no entiende cómo las encuestas daban unos datos y en día D fue otro el resultado.
Muchas veces se les dijo que la verdadera encuesta era el día de la elección, y algunos no pensaban que iba a suceder una oleada vinotinto que les pasó por encima a muchos que se sentían con posibilidades de ganar al partido oficial.
Una vez ocurrida la “tragedia” los partidos que integran el bloque opositor, deberán dejar los lamentos y ponerse las pilas porque el palo está dado y como dice el dicho popular, ni Dios se los quita.
A los ciudadanos, por otro lado, nos toca volver a la vida cotidiana y enfrentar los problemas como la falta de agua, el calor y las consecuencias que padece el área metropolitana. Los piperos siguen haciendo de las suyas y hasta las marcas nacionales que surten del vital líquido están batallando.
La tercera ola de calor ha traído consecuencias a nivel mundial y en Puebla ha elevado las temperaturas por arriba de los 35 grados en la zona urbana y hasta 10 grados en algunas zonas serranas.
Así pues, hay que darle la vuelta a la página, y ver hacia adelante. Ahora nos toca exigir a los políticos que cumplan sus promesas, porque una cosa es la campaña y otra la cruda realidad de millones de poblanos.
Armenta tiene un gran compromiso con los poblanos (quienes votaron por él y también con quienes no le dieron su apoyo), porque él será en unos meses el mandatario de un estado con potencial para seguir creciendo en el contexto nacional e internacional.