El derecho siempre habla

Ciudad de México /

Sin demérito de ninguna otra carrera o profesión, la de abogado o abogada es una profesión madre, porque de origen su objetivo fue el de formar a profesionales con una vasta cultura general que tuvieran conocimientos de derecho, pero también de política, economía, finanzas públicas y de todo aquello con lo que puede un Estado funcionar; quienes la ejercen pueden desempeñarse en diversos ámbitos de la vida pública y privada. Asimismo, es profesión madre, pues en la historia de las escuelas universitarias se han desprendido de la enseñanza del derecho, la impartición de la filosofía o de la economía.

Sin menoscabo de ninguna otra profesión, en la carrera de Derecho se forma a los profesionales más completos y por mucho tiempo se ejerció con cierta aristocracia en sus diferentes ámbitos. Recuerdo la admiración y el orgullo que sentíamos por los grandes juristas, la emoción de hablar con Ignacio Burgoa Orihuela o Rojina Villegas, entre otros; tuve maestros que tenían en su memoria la visita de Hans Kelsen —considerado el jurista más influyente del siglo XX— a la Facultad de Derecho.

Ya siendo legislador, pude darme cuenta de que un reto constante para los juristas es el de la actualización: el abogado que no estudiara las transformaciones legales en el sistema jurídico iba a ser menos abogado cada día o ya no sería el abogado que se sentía ser. La actualización es importante para poder ser útiles frente a la sociedad.  

Sin embargo, hoy tenemos nuevos retos como juristas y uno de esos consiste en recuperar la ética para el ejercicio profesional en todos los niveles y ámbitos. La ética se ha deteriorado en todas las áreas de la profesión, y es muy lamentable ver que ahora no se defiende el derecho, sino que se arrebata y se atropella para satisfacer intereses particulares. Por ello, es pertinente recordar algunos de los preceptos del Decálogo del Abogado de Couture: Cuando encuentres un conflicto entre la justicia y el derecho, opta por la justicia; defiende el derecho; y, respeta el derecho de la contraparte. Las y los abogados tenemos que devolverle la ética al ejercicio profesional, no puede haber círculos de poder en el ejercicio de la profesión y hoy tenemos que transformar la realidad y la aplicación de la justicia para que ésta sirva y devuelva los principales valores de nuestra gente; también decía Couture: Ten fe en el derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del derecho; en la paz, como sustituto bondadoso de la justicia; y, sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay derecho ni justicia ni paz.

Al haberse celebrado esta semana el día del abogado y abogada, es importante que reflexionemos y tengamos presentes a todos los enamorados del derecho, a todos aquellos hombres y mujeres de amplia cultura general y de gran cultura jurídica (la condición para tener una cultura jurídica es que se goce de una cultura general) y esa frase inmortal en el derecho: Ius semper loquitur, el derecho siempre habla. _

Miguel Barbosa

@MBarbosaMX



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