En medio del peor momento de la pandemia, cuando se registra el mayor número de contagios, hospitalizaciones y de fallecimientos en el mundo, los países, incluido México, enfrentan lo que puede ser considerado como el mayor esfuerzo colectivo de la humanidad en más de un siglo: inocular a la población con alguna de las diversas vacunas ya disponibles en contra del virus SARS-Cov2. Una tarea titánica que inició a finales del año pasado y que se ha acelerado en las primeras semanas de este, pero que a la luz de la cifra de contagios y de muertes, nos da la impresión de que aún estamos muy lejos de lograr salir de esta crisis de salud mundial.
De manera paralela y tan apremiante como la vacunación, son la prevención y la atención médica a los enfermos de covid-19 en las semanas y meses próximos. En México, la segunda ola de contagios, iniciada a principios de noviembre y que en días recientes superó los índices de junio y julio pasado, nos lleva como país a seguir actuando con responsabilidad. Las autoridades haciendo todos los esfuerzos que estén a su alcance para proporcionar los servicios de salud a la población que lo requiera y la sociedad al atender las medidas para la prevención de contagios. La participación social será fundamental, para contener los efectos devastadores de esta segunda ola de la epidemia en nuestro país.
Afortunadamente, el Estado Mexicano, desde los primeros meses de la pandemia, hizo los esfuerzos necesarios para que nuestro país tuviera de manera temprana acceso a las vacunas contra este virus. y pugnó para que a nivel mundial existiera un acceso igualitario de los países a las vacunas y medicamentos. El pasado 24 de diciembre inició el proceso de vacunación y es el primer país latinoamericano con mayor número de dosis aplicadas. Hay una estrategia Nacional de Vacunación que se desarrollará a lo largo de todo este año y que culminará en el primer trimestre del próximo. Parece mucho tiempo, pero son plazos realistas y realmente breves de cara a las dimensiones de la tarea.
Un tema que debe evitarse y, en caso de presentarse, sancionarse, es el uso electoral de las vacunas. Desde el Gobierno Federal se han tomado las acciones para evitarlo, sin embargo, cualquier intento de este tipo tiene que denunciarse y, en su caso, sancionarse. Lo mismo aplica para quienes pretendan sacar un beneficio económico o cometan algún delito engañando o haciendo fraude a la sociedad.
Desde el Gobierno de México se han dado garantías de que no habrá uso electoral de las vacunas, el problema es que un sector de la oposición parece que finca sus expectativas electorales en el fracaso del Gobierno y por ende en el desbordamiento de la pandemia y el fracaso de la estrategia de vacunación. Una posición realmente lamentable. Son momentos de moderación, no hacer de la vacuna a un uso electoral. Llamo a la prudencia a quienes hagan cualquier tipo de comentario y llamo a los partidos a velar por los intereses de toda la sociedad.
@MBarbosaMX