Concertación ¿será posible?

Jalisco /

No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no llegue… dice el refrán popular. Las apuestas giran alrededor del porcentaje de decisiones, hoy muy queridas por los hombres del poder, cuya duración sea mayor a seis meses. No hay otro modo de mostrar y demostrar músculo en el poder que modificar las decisiones del poderoso anterior. Si no sucede, empiezan las apuestas por el tiempo de duración en el cargo de quien no cambio las decisiones anteriores. No hay derecho sino sólo costumbre arraigada en la cultura política mexicana y, si bien se ve, mundial.

Las apuestas se cruzan por la permanencia o desaparición de las diferentes políticas hoy vigentes. ¿cuáles quedarán? ¿cuáles pasarán a la historia? ¿cuáles se disfrazarán con otro nombre y seguirán igual? Y esos sucesos indicarán cuáles son los pactos y cuáles los pleitos entre la clase política. La ley de la selva política es implacable.

Y siendo así ¿qué ayudará a mejor eficacia del gobierno federal? ¿los jueces elegidos por el pueblo mejorarán en algo la justicia hoy capaz de castigar sólo 4% de delitos? ¿Una Suprema Corte será más eficaz con menos ministros populares, pero capaces? ¿Los responsables de la persecución de los delitos serán más eficaces si los nombra un jefe capaz de defenderlos, aunque no cumplan? ¿La salud pública seguirá siendo selectiva? Así, podemos llenar un libro con preguntas similares.

El tema se vuelve casi lucha pues la polarización de las simpatías entre lo actual y los cambios deseados por la otra mitad del público nacional, están manifiestas y casi enconadas. Y por eso, el punto central de los nuevos gobiernos es la concertación. Los analistas la descartan dada aquella polarización y los optimistas piensan en la posibilidad dada la evidencia de algunos desastres.

Los datos no son amables con la idea de un gobierno capaz de crear una nueva manera de tratar a la oposición, sobre todo, ciudadana. La oposición política es un desastre por falta de miras, abuso de posiciones y nulo pensamiento prospectivo. ¿Qué podemos esperar, dicen el hombre y la mujer ajenos al tráfago politiquero? Son observadores de la disminución de acciones por una vida social menos esforzada y una economía menos exigente del bolsillo. Hoy es momento de mantener los propósitos de este país, cuyo cumplimiento pide un gobierno capaz de mantener una sociedad sin angustias cotidianas.


  • Miguel Bazdresch Parada
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