La CNTE ante el abismo

Jalisco /

Es evidente. La coordinadora nacional de trabajadores de la educación (CNTE) emprendió una lucha para conseguir del gobierno aquellas facilidades, el mayor sueldo incluido, la mejora de las condiciones de retiro y otras más. No parecen dispuestos ceder una coma siquiera de sus demandas. Es una lucha importante pues los maestros no son el gremio mejor atendido por el Estado a pesar del cúmulo de facilidades ya conseguidas por los sindicatos. La primera y más evidente es dejar su trabajo en las escuelas, para salir a la plaza pública a demandar las mejoras importantes para ellos y ellas. La segunda es dejar a los niños y las niñas sin “clases”. Es una acción más de presión al gobierno: Los niños y las niñas “andan en la calle”. La tercera, manifestarse públicamente en calles y avenidas sin considerar las molestias para otros trabajadores. Todo indica el fracaso del movimiento si no adecuan sus demandas a lo posible del gobierno federal, tampoco una perlita de gran belleza en este terreno de la negociación abierta.

Por otro lado, la población comprende la lucha de los profesores y vislumbran una mejora para todo el pueblo atendido por los maestros de la CNTE. No obstante, las escuelas cerradas son un obstáculo para confiar en estos movimientos gremiales, un tanto sordos.

Con el constante rechazo de las propuestas del gobierno, el cual tiene clara la imposibilidad de conceder las peticiones de los maestros pues rebasan toda capacidad en manos del gobierno, a pesar de ser el más interesado en resolver este tema, algo más que “una piedra en el zapato”. Un gran ejemplo de un caso de “suma cero”. Nadie gana, todos pierden.

Se puede pedir a los maestros su comprensión y su aceptación de lo que el gobierno le puede otorgar, a fin de romper el nudo “Gordiano”. Recordemos como en la antigüedad el Rey de Frigia Gordias quién ató su carro con un nudo cuyos cabos estaban en el interior para ver quién podía hacer la imposible tarea de desanudar. Obvio, nadie podía desanudar. Llegó Alejandro el Magno y lo desató a tajos con su espada. Desde entonces esa manera de hacer destapó una manera de pensar ante los problemas o los retos, Siempre hay más de un camino, aunque no lo veamos al principio. El movimiento de maestros puede trabajar para empezar a razonar lo que es inútil: pedir y seguir pidiendo lo mismo, pues haría un daño considerable a la nación y sus compromisos. Y al mismo tiempo el gobierno puede poner la mesa sin regateos, una ruta para hacer lo necesario y apoyar a los maestros. Se puede pensar en lo imposible de esa postura, pues los líderes magisteriales han prometido a sus bases el cien de las promesas. Ellos y ellas saben muy bien lo imposible de ese cien. Han hecho un nudo gordiano que nadie puede desatar, sino a golpes. Más vale razonar, a maestros y gobierno cuáles temas puedan poner en la mesa en los próximos cinco años de este gobierno y partir a una negociación realizable. La otra es la espada de Alejandro, que nadie quiere ver, ni de lejos.

Al conjunto de la población nacional no le ayuda ver a los maestros en la calle y no en la escuela. Si regresan a las escuelas las personas de las comunidades sabrán que cuentan con los maestros y podrán sumarse, desde los diferentes planos de la lucha social, para apoyar la lucha magisterial.

El gobierno es quien debe dar el primer paso. Para eso debe indagar cuál es el paso que aceptarían los maestros para reanudar sus conversaciones y tareas. Quizá ya lo hicieron, y no resultó. Pues otra vez hasta que resulte. El gobierno tiene en este diferendo una oportunidad, quizá no de oro, y si de plata, para renovar la posibilidad de la conversación y la atención a los problemas y situaciones de la educación, a estas alturas, inacabables.

La escuela ante los logros científicos y humanos ha de modificar sus objetivos. Hay tanto que aprender y reflexionar que no cabe en los cursos y materias de la escuela básica. Es imperativo otro proceso de aprendizaje diverso al hoy utilizado. Eso pide maestros mucho mejor preparados para informar, formar, aplicar y dotar de capacidad a esos estudiantes de lanzarse al mundo del conocimiento y aceptar el reto de aprender “toda la vida”, pues el conocimiento no se detiene, crece y demanda mentes y cuerpos capaces de ir más allá, del libro, del maestro, de las redes sociales… hacia la construcción de un nuevo mundo (quizá en dos siglos) mucho mejor que el de hoy.

Hoy no sabemos cómo será ese sistema (quizá sin sistema) educativo y cómo los y las estudiantes aprenderán, aplicarán y propondrán nuevos caminos. Los responsables no pueden seguir siendo sólo organizadores de los días de Benito Juárez, José Vasconcelos, Jaime Torres Bodet, Jesús Reyes Heroles y otros grandes próceres de la educación mexicana. Hoy corresponde multiplicar los grupos de profesores, alumnos y científicos. Y plantearles todos los problemas de México y pedirles la aportación que puede hacer la educación.

Los colegas de la CNTE y los de la SEP tienen trabajo: Convivir. Esperemos lo comprendan.


  • Miguel Bazdresch Parada
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