La diferencia. Esa característica tan apreciada en muchos de los ámbitos de la vida personal, social, política y cultural ayuda a incrementar las opciones de solución de diversas necesidades y deseos. Cuando cambia el director de algún establecimiento o alguna oficina gubernamental es común esperar cambios también en los proyectos, los modos de decidir y las personas influyentes en esas decisiones.
Por eso, hoy con una nueva responsable del gobierno federal mexicano muchos esperan modificaciones en el modo de decidir y desde luego en el grupo influyente de consejeros y admiradores de la nueva responsable. El nuevo responsable, por ejemplo, de la oficina encargada de la salud pública ha generado, en un sector de la población hasta ahora marginada de recibir apoyos en medicamentos y atención médica especializada, la esperanza de una mejora sustancial en la entrega de medicinas y de mayor y mejor atención de las oficinas de salud del gobierno.
De igual manera, entre la población se suscitó una esperanza de un cambio para mejorar la seguridad pública, pues el incremento en homicidios dolosos, personas desaparecidas y la mayor presencia descarada del crimen organizado en la vida social y económica es tal, que la apreciación de la inseguridad en los ciudadanos es cada vez más intensa e inquietante.
Cambia el poder, cambian los arreglos de los nuevos poderosos con los mismos poderes alternos. Y, ¿Mejorará la calidad de vida el mexicano, mexicana promedio? Una pregunta aún sin respuesta definitiva por los nuevos poderes.
Cuestión importante, normalmente surgida en el cambio de titulares de los poderes, es la atención al largo plazo. El poder democrático tiene principio y fin. Y ciertas cuestiones de la vida de un país, de una población van más allá de las situaciones de corto plazo. En las democracias esas cuestiones suelen ser la educación, la salud y la seguridad, pues las acciones para utilizar el conocimiento en la vida útil y a la vez satisfactoria y saludable están basadas en la educación, para usar el conocimiento en la mejor forma de vida; y en la salud, las acciones para atender a nuestro cuerpo (incluida la mente) y cuidarlo.
Por esas razones, se espera del gobierno uso del poder para, en esos temas, tomar decisiones de largo plazo, prioritarias, bien fundamentadas y certeramente aplicadas y evaluadas. ¿Sera diferente ahora?