Para iniciar este artículo de mi serie Hablemos de Béisbol, la cual he tenido la satisfacción de publicar de forma semanal en MILENIO Puebla durante diecinueve años consecutivos, lo haré con una frase de un señorón del fútbol mundial, Alfredo Di Stéfano, que se refiere a las finales: “Las finales no se juegan, se ganan”. Una cita que parece hecha a propósito para esta Serie Mundial.
Mi pasión por el béisbol me lleva a afirmar que solo hay dos deportes que se asemejan a un juego de ajedrez en su táctica y estrategia, tanto en la defensa como en el ataque, ya que alternan ambos roles dentro del mismo partido: el béisbol y el fútbol americano. Desde pequeño, escuchaba el béisbol por la radio. En 1960, oí la final entre Piratas y Yankees, en la que un cuadrangular de Bill Mazerosky dejó tendido a los de Nueva York. Para concluir este preámbulo con datos curiosos, en la Serie de 1960, los Yankees anotaron 46 carreras frente a las 37 de los Piratas. En esta Serie Mundial de 2025, la historia se repite en cuanto a números: Toronto anotó 34 carreras contra las 28 de los Dodgers, y Toronto conectó 75 hits frente a 53 de Los Ángeles.
El desarrollo de la Serie Mundial 2025 fue intenso. En el Juego 1, Toronto ganó fácilmente 11-4 con un rally de nueve carreras en la sexta entrada, destacando el grand slam del bateador emergente A. Barger, el único en lograrlo en una Serie Mundial, además de la gran actuación del mexicano Alejandro Kirk. El Juego 2 fue para los Dodgers por 5-1, con el japonés Yoshinobu Yamamoto lanzando un juego completo de 105 lanzamientos, algo no visto desde 2015. El Juego 3, ya en Los Ángeles, fue el primer juego dramático y de récord, extendiéndose a 18 entradas. Los Dodgers ganaron 6-5 con un dramático cuadrangular del veterano Freddie Freeman, empatando el récord del juego más largo en la historia del Clásico de Otoño. El fenómeno japonés Shohei Ohtani tuvo una actuación histórica al embasarse nueve veces, empatando la marca de 12 bases alcanzadas de leyendas como Babe Ruth.
En el Juego 4, Toronto ganó 6-2 con un rally de cuatro carreras en la séptima, siendo esta la derrota para Ohtani. El Juego 5 fue nuevamente para Toronto por 6-1, con el novato T. Yesavage registrando una actuación memorable al ponchar a 12 bateadores, un récord para un novato en Serie Mundial. Los Dodgers forzaron el decisivo Juego 6 al ganar 3-1. Otra vez, Yoshinobu Yamamoto brilló con seis entradas de calidad, y el partido tuvo un final dramático en la novena cuando Toronto no pudo capitalizar una oportunidad con hombres en posición de anotar.
El séptimo partido, otro juego de dramatismo: 11 entradas, Dodgers gana 5 – 4 y es bicampeon, algo que no sucedía desde hace 25 años, Dodgers perdía 2 – 4 en la 8ª y HRs de M. Muncy para acercarse 3 – 4 y de M. Rojas en la 9ª para empatar a 4 y cuadrangular en la 11ª de W. Smith, otra vez el japonés Yamamoto gana en relevo este 3° juego donde hizo 34 lanzamientos más 96 de un día anterior, fue declarado el jugador más valioso, nadie había ganado 3 juegos desde el 2001 que lo hizo R. Johnson con Arizona.
Ahora los Dodgers irán por el tricampeonato, algo que no se veía desde 1998 – 99 y 2000.
Al estar escribiendo esté articulo, vi por TV el imponente desfile de los bicampeones por la ciudad de los Ángeles, con cientos de miles aficionados y que culminó en el Dodgers Stadium colmado también de aficionados; intervinieron en el estrado los peloteros protagonistas de esta Serie Mundial, grandes ovaciones se llevaron, Kike Hernández de Puerto Rico, que empezó con un discurso hablando en español y diciendo: buenas tardes; el otro fue el dominicano Miguel Rojas y lógicamente el japonés Sohei Othani, no cabe duda que más del 50% de los aficionados en Los Ángeles son latinos, por eso las grandes ovaciones.