Anulación: ¿Justicia o robo en despoblado?

Jalisco /

La situación de la eventual anulación de la elección a la gubernatura en Jalisco, sigue candente. Los ánimos fueron exacerbados durante la pasada visita presidencial, quien, acompañado por la ya presidenta electa del país, concurrió a la inauguración de la presa El Zapotillo. Al intervenir en el acto, la voz del gobernador Enrique Alfaro fue opacada por el griterío que le impedía prácticamente tomar la palabra, aunque su discurso fue preparado precisamente para agradecer al mandatario la conclusión de una obra de significativo apoyo a los municipios alteños y, también, a la área de la capital jalisciense. Esto porque la construcción de seis ventanas de desfogue en la cortina hecha bajo la presión de moradores afectados durante tres administraciones estatales finalmente no surtirá como se esperaba líquido suficiente para Guadalajara y menos aún a la ciudad de León, como se tenía previsto en el proyecto original.

¿De dónde procedían los escandalosos reclamos y qué fin tenían? Desde luego que no parecían ser nada espontáneos. Tampoco es creíble que fueran los campesinos, ya que finalmente lograron triunfar al menos en no ver inundados sus poblados, y que tal vez recibieron para ello beneficios colaterales para sus comunidades. Naturalmente eran huestes morenistas enviadas expresamente a reventar contra el gobierno de Jalisco al que atribuyen el supuesto “fraude” electoral y en particular la elección de Pablo Lemus. Sin embargo, quizá los organizadores de Morena jaliscienses, o sus asesores de México, no midieron el efecto. Igualmente, difícil sería pensar en un “montaje” del presidente y presidenta para desacreditar a quien en pocos meses dejará el cargo de gobernante. Ahora resulta que los querellantes de Morena consideran un “triunfo” los abucheos, aunque de manera ostensible no fueron muy del gusto de los ilustres visitantes presidenciales. López Obrador, Sheinbaum y hasta la doctora Beatriz Gutiérrez, llamaron a guardar silencio y dejar oír las palabras de Alfaro. No, no fue “montaje” intencionado por parte de ellos sino por la gente que aconseja a Claudia Delgadillo donde pretenden llamar así la atención de los medios para subrayar su condición de inconforme de la elección de Lemus y en busca de algo de ruido nacional a fin de presionar de alguna forma al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, quien tiene en sus manos la decisión final del procedimiento seguido por la petición de anulación.

Esto, además refleja una postura lejana a la seguridad de una victoria real de parte de la ex candidata Delgadillo, quien así seguramente no tendría necesidad de recurrir a las artimañas porriles con el objetivo de “hacerse notar” ante el presidente y su sucesora. La verdadera lucha está en otra pista, la legal y es ahí donde habrá que ver la actitud que tengan en su momento los magistrados, la interpretación que den a los ordenamientos legales y la veracidad y peso real de los motivos que lleven a una anulación, ya que es quizá lo más grave que puede suceder en un proceso. Tampoco se ve que la anulación por ejemplo en la alcaldía en la ciudad de Zacatecas, esta sí con toda la mano negra del clan Monreal, vaya necesariamente a ser replicada en Jalisco.

Para muchos, inclusive morenistas de cepa, se tiene toda la impresión de que los argumentos esgrimidos para pedir la anulación no están bien fundamentados. Algunos de los temas se ven a la luz de abogados expertos como francamente triviales y gran parte de esto se debe, a consideración de los morenistas más autocríticos, a que no se hizo la mejor defensa de la causa y que la condición legal presentada muestra huecos e inconsistencias que finalmente podrían llevar al fracaso a sus pretensiones.

Por otra parte, se dirá, está de por medio el factor político que existe en el seno del propio Tribunal Federal. Y esto es cierto. Desde principios de año cuando estallaron los problemas internos que condujeron a la elección de una nueva presidenta, Mónica Soto, hay aspectos de discordancia que no han podido ser superados. Además, por sabido se da que estos cinco magistrados que tienen ahora la responsabilidad del destino de Jalisco no tienen todos empatía por las causas obradoristas, pero al menos un par de ello, sí. Para algunos analistas, la situación en ese Tribunal se ha descompuesto todavía más ante la reforma judicial y se menciona que tales miembros de la sala superior son “candidatos” para ocupar privilegiadamente alguna de las posiciones que en el futuro quedarán abiertas en la Suprema Corte. Es por ello de pensarse que ciertamente el mayor problema es que los magistrados no se pongan por alguna razón de acuerdo en la interpretación de la ley, de manera real o intencionada, como para revertir la voluntad de los jaliscienses y obligarlos a ir nuevamente a las urnas, hecho que aún de darse en esta hipótesis, no le garantiza a Morena el triunfo cuando no contará con el peso de los candidatos fuertes del proceso federal anterior.

Por ahora, los morenistas creen que la situación se resolverá en su favor mediante la táctica de la confrontación, con todo y que con ello se evidencie una descalificación de todo un proceso en Jalisco que en mucho les benefició, sobre todo en la Cámara de Diputados. La fecha no está establecida y la resolución final podría darse en cualquier momento de aquí a octubre. Qué podemos esperar, ¿justicia o un robo en despoblado de los votos mayoritarios de los jaliscienses?


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