Guevara: fracaso anunciado

Jalisco /

Nada fue suficiente para el presidente cuando tantas veces se advirtieron los problemas a los que enfrentaban, salvo allegados, los deportistas mexicanos. Una y otra vez se dieron los reclamos en cuanto a la falta de apoyo a los atletas, incluso a los considerados en el rubro de alto rendimiento. Hubo quejas constantes, incluso movimientos sociales para llamar la atención sobre el papel cuestionable y hasta discriminatorio de parte de quien encabeza la Comisión Nacional del Deporte, la otrora glorificada Ana Gabriela Guevara. Su metamorfosis fue pasmosa. De una heroína allá por los principios de siglo, en los Juegos de Atenas, su entrada en el mundo de la política (PRD y Partido del Trabajo), la llevó a varios temas de controversia en su vida personal, pero, lo verdaderamente nocivo fue su política de segregación de sectores completos de deportistas, como los de natación, mientras era objeto de graves señalamientos de corrupción y falta de transparencia en el manejo de recursos federales por supuestas facturas falsas del Fondo de Alto Rendimiento, y también por nepotismo. Pese a todo, el presidente nunca se inmutó y respaldó a Guevara hasta el fin.

A ello se señaló de agresivo que se dieran casos como el de Paola Espinoza, quien acusó de retirar su beca. Luego Guevara anunció recorte de becas a los deportistas que no dieran resultados, sobre todo por la defensa que hizo del presidente de la Federación Mexicana de Natación, acusado de peculado, y desde luego la pugna con el equipo de nado sincronizado, los problemas que llevaron a la clavadista Paola Espinoza o a la raquetbolista Paola Longoria a confrontarla. Su respuesta siempre fue la descalificación sin explicaciones de ninguna índole y, naturalmente, el castigo económico a través de las becas que terminaban por ser asignadas de manera discrecional y con favoritismo. Los daños ocasionados ya se habían hecho sentir en los pasados Olímpicos de Tokio y ahora, se desbordó de plano la situación en París. Como nunca había sucedido, los deportistas lucharon contra viento y marea, desde vender trajes de baño hasta enajenar vehículos particulares y muchos esfuerzos familiares y de amigos para llegar en las mejores condiciones posibles a la justa más importante que recién concluyó. Por ello, sin duda fueron tan valiosos los resultados de las y los jóvenes que lucharon por preseas y en no pocos casos tuvieron heroicas participaciones que les encumbraron en diversas posiciones. Para ellos, los obstáculos y la falta de respaldo económico no impidieron el orgullo, decoro y dignidad que traen a México, mientras que la directora de la Conade se pasó unos buenos días en París, en los mejores hoteles y restaurantes y hasta acusando a los atletas mexicanos por su #falta de ambición” y hasta señaló abiertamente que en París “nos quedamos cortos”. Sin palabras.

Claro que quedamos cortos, pero no por culpa de los deportistas. Ya en su gestión, en Tokio la cosecha fue muy pobre, de apenas cuatro medallas de bronce. Mientras que en París llegó a cinco, tres de plata y dos de broce, producto de la participación de los 109 deportistas mexicanos que asistieron. Empero, no hay que desconocer que hubo empeño y enorme esfuerzo muy cerca de la gloria olímpica, aunque, desde luego, en la cuenta final esto no aparezca. Las explicaciones que sin duda dará Guevara a esta presencia en París podrán ser muchas, impregnadas lamentablemente de un color político ya que, aun cuando fuera señalada por anomalías durante su gestión, no se esperan mayores consecuencias con Sheinbaum al frente del gobierno y la defensa a ultranza que seguirá haciendo de ella el actual presidente.

Mientras, habrá que sacar nuestros “otros datos”, como el hecho de que México ocupó el lugar 65 en el medallero general, siendo superado hasta por naciones como Jamaica, Botsuana o Santa Lucía y Guatemala. Eso sí, estuvimos mejor que Venezuela (cero preseas), igual que Nicaragua. Debemos, claro, darle todo el mérito de los triunfos a nuestros deportistas ya que lo de Guevara se anticipaba como un fracaso anunciado.

París nos dio una satisfacción especial, por su organización, aprovechando en cada escenario mostrar sus monumentos e historia que envuelve a la capital francesa, por su capacidad de enviarnos en todo un mensaje de libertad, de promoción de valores como la igualdad, la inclusión y la diversidad. Difícil estafeta pasa ahora a manos de la ciudad de Los Angeles. Ya para entonces, ojalá y la política y los malos funcionarios no vuelvan a frenar al ímpetu, talento y esfuerzo que mostraron muchos de nuestros deportistas en la bella ciudad de la luz.


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