Las dudas se despejan ya. Decían nuestros abuelos que todo termina por caer por su propio peso y, en el caso de la elección para gobernador en Jalisco ya está sucediendo. En medio del final turbulento de sexenio que se vive a nivel federal, cuando afloran cada día y hasta cada hora en un número creciente de entidades del país que viven horas insoportables, sobre todo por el clima de inseguridad que nunca se supo resolver, las cosas no están para errores que sigan encendiendo hogueras sin ton ni son. Se advierte que a la presidenta electa no le tocará para nada un ambiente como hubiera deseado. Su guía y protector la está dejando en gran medida a su suerte, despojada cada vez más de facultades y poderes, sin control de áreas prioritarias en las que todo indica habrá más imposiciones personales de López Obrador que las que él mismo tuvo. Le bastó un mes de poder sin contrapesos para cometer toda clase de atentados a la vida republicana, al grado de lanzar a la arena política a su propio hijo con miras a advertir a los demás que jamás fue sincero en transmitir su famoso “bastón de mando” y que ni a su incondicional sucesora no le quedará de otra que seguir sus lineamientos, a menos que poco a poco se quite los lastres dejados y sea como deseamos una mejor presidenta que el que ya se va.
Bajo este esquema, ¿ahora se irá sobre Jalisco? Aquí las cosas no parecen nada sencillas para los morenistas. Avanzaron, y mucho con sus candidatos y candidata al gobierno estatal, pero no lo suficiente para ganar el estado y menos abona a su causa de impugnacion cuando en Guadalajara ya no hay indicios que “Chema” pueda hacer más si ya prácticamente lo único que le anularon las autoridades federales electorales fueron sus argumentos.
Y quisiera decir que qué bueno que esto suceda. No oculto que me liga a Pablo Lemus Navarro el conocimiento que tengo de él como persona, como empresario, como funcionario y en general como hombre de bien, formado en el seno de una familia tesonera y emprendedora. Luchó arduamente para convertirse en un líder -su auténtico ADN-, en el ámbito de la COPARMEX. Ahí nos tocó vivir experiencias en las que coincidimos y buscamos lograr éxito en causas comunes. A él como presidente del organismo, a mi como presidente de los industriales de la construcción. Juntos vivimos la lucha por echar abajo proyectos descabellados como aquel que pretendía construir la “vía express”, una especie de doble piso sobre la avenida Inglaterra, que terminó en anécdota. También juntos impulsamos lo que fue la alianza por la coordinación Metropolitana donde nos sumamos para que se escuchara una voz conjunta al activismo y la academia para que finalmente el área de la capital jalisciense se convirtiera para muchos efectos prácticos en una genuina coordinación metropolitana. Y fue Enrique Alfaro entonces legislador quien propuso lo que ahora constituye una ley coordinadora sin la que planes y proyectos, acciones y servicios harían de cada municipio de nuestra ciudad quedaran como divisiones sin poder concretar acciones conjuntas para bien de la población. Concretó el concepto que los límites municipales simplemente son eso y no fronteras insalvables.
Y bien podría agregar, con conocimiento de causa, que Pablo siempre ha sido crítico y autocrítico. Lo fue como dirigente, también como comunicador en la radiodifusión, y lo siguió siendo como el primer alcalde que tuvo Movimiento Ciudadano en Zapopan. Fue reelecto y luego, en una batalla que no era sencilla, tomó la alcaldía de Guadalajara para hacer mucho con poco, destinando el mayor presupuesto en la historia de Guadalajara a la obra pública, incluyendo sin perder la visión social que se tradujo en fomento al deporte, al bienestar de los desvalidos, a cambiar los terregales por verdaderas calles, a abatir la pobreza, a enfrentar las calamidades, a la promoción del centro, al vocacionamiento del municipio, a la construcción del espacio público, al mejoramiento con seguridad de las banquetas y mucho más.
Sí, tiene mucha razón el gobernador Enrique Alfaro: Jalisco se cuece aparte. Y Pablo es la garantía que lo seguirá haciendo porque aquí si se transfiere el bastón de mando y Pablo hará que se cumpla el propósito de dar a los jaliscienses el Jalisco que quieren.