Hambre Cero Nuevo León

Monterrey /

En Nuevo León hay quienes no comen. Sus ingresos ni siquiera son suficientes para adquirir los nutrientes que requieren para vivir. El asunto es que ni aquí ni en el mundo falta comida, lo que pasa es que sobra desperdicio: cerca del 30 por ciento de los alimentos no se aprovechan.

Pero si el hambre prevalece, es porque la ecuación no es tan sencilla. Cómo hacer llegar la comida a quien más la necesita es todo un reto que involucra, por un lado, procesos de ingeniería alimentaria para garantizar la preservación de los productos en un estado óptimo, también hay que administrar y costear su traslado y distribución, pero sobre todo se requiere de un cambio cultural y empresarial.

Los ejemplos internacionales, de manera muy señalada la experiencia del egipcio Moez El Shohdi, quien es la mente detrás del éxito de los bancos de alimentos de su país y de la región, nos indican que la ruta está en la educación de la gente, para que además de nutrirse mejor se comprometa con abatir el desperdicio de comida. También se requiere convertir a los productores y grandes comercializadores de alimentos, para que garanticen la puesta a disposición de los productos comestibles que ya no consideran ofrecer a sus clientes. También se tienen que sumar las instancias de transformación para que la comida pueda procesarse y empacarse para un consumo seguro. Incluso se necesita el aparato educativo para que, por un lado, distribuya alimentación diaria y saludable a las infancias y, por otro, divulgue cultura nutrimental entre los estudiantes y sus familias.

Esto que parece un sueño ya se hace en Nuevo León. El día de ayer se dieron cita para abordar su experiencia la Secretaría de Igualdad e Inclusión, el Banco de Alimentos, supermercados, salas de eventos y universidades que son parte de la gran red que ha hecho posible que en tres años, la pobreza alimentaria se reduzca a la mitad en nuestro estado. Este equipo además se ha propuesto asegurar que Nuevo León pueda declararse como una entidad con hambre cero en el corto plazo.

Las buenas intenciones no bastan. Se requiere estrategia y coordinación. Pero, sobre todo, corazones llenos que atiendan los estómagos vacíos. _


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