¿Puede una combi ser un asunto de trascendencia nacional? Si hago memoria, para mí este modelo de Volkswagen tuvo algo que ver con mis convicciones feministas. Una combi era lo que manejaba la extraordinaria mujer que dirigió la escuela donde estudié primaria y secundaria. Doctora en historia, madre de un número de criaturas que rondaban la decena –algunos del matrimonio del que enviudó su esposo, un par ya directamente suyos– al parecer, había decidido que la vacuidad era su mortal enemiga; así que tan pronto quedaban los asientos sin adolescentes ni pequeños de su progenie, le buscaba otros usos: en esa camioneta nos íbamos, un alumno por grado, mezclados entre juguetes y peluches donados por toda la escuela, a entregarlos al comedor del padre Infante. Y ahí mismo también nos embarcaba a cualquier concurso de la zona escolar o a alguna expedición que imaginaba.
Igualmente intrépida, en un vehículo similar, con ese poste de volante al que había que asirse (como si de un cello se tratara) con las cuatro extremidades, viajaba una de mis maestras favoritas. Le había puesto a su combi unas monas cortinas y tapizado el tablero con la colección completa de los Pitufos que tanto adoraba. Estas dos mujeres eran libres en sus automotores de gran talla: podían llegar a donde fuera llevando consigo a quien quisieran… ¡qué mejor símil de mi vida ideal que una combi!
En todo eso me quedé pensando cuando vi ayer la nota de que el icónico modelo ha sido revisitado para hacer una versión que parece nave espacial, sin perder el guiño que la vuelve reconocible en cualquier contexto. Si el “Vochol” que cubre el legendario escarabajo con un artístico trabajo de chaquira huichol elevó al sedán de VW al rango de obra maestra de la artesanía; esta nueva versión de la combi la ha transformado en una pieza de ingeniería que abre con esperanzadora elocuencia la segunda década del milenio.
¿Por qué es de interés nacional? Porque es diseño de un compatriota quien desde su época de estudiante en la UNAM cautivó a la marca. En la combi viaja la evidencia de que las y los mexicanos podemos llegar hasta donde nos propongamos, solos o acompañados.
Politóloga* miriamhd4@yahoo.com